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Argentina considera el viaje de Thatcher a las Malvinas como "un acto provocador y soberbio" del Reino Unido

Los malvinenses recibieron el sábado con los brazos abiertos, y algunos con lágrimas en los ojos, a la primera ministra del Gobierno británico, la conservadora Margaret Thatcher, quien, en compañía de su esposo y de un escaso séquito, aterrizó sin previo aviso en el archipiélago de las islas Malvinas, reivindicado por Argentina, tras un vuelo de veintitrés horas, incluida una escala en la isla de Ascensión. El Gobierno de Buenos Aires considera la visita como "un nuevo acto de provocación y soberbia", y estima que reedita "el único título que sostiene el Reino Unido como titular de las islas: la fuerza".

Medidas de seguridad draconianas envuelven la presencia de Thatcher en el archipiélago que la Junta Militar argentina intentó recuperar, infructuosamente, el pasado 2 de abril. Ese día, fuerzas argentinas desembarcaron en las Malvinas, provocando el envío inmediato de una fuerza expedicionaria británica con el fin de recuperar el dominio sobre su colonia, lo que se consiguió después de tres meses de cruentas batallas por tierra, mar y aire.Tras la rendición en junio de los soldados argentinos, capitaneados por el general Benjamín Menéndez, el gobernador británico, Rex Hunt, volvió a Puerto Stanley, capital de las Malvinas. El máximo representante del Gobierno en las islas, junto con el comandante de las fuerzas militares británicas allí estacionadas, general David Thorne, recibieron el sábado a Thatcher y sus acompañantes. La primera ministra se aloja, precisamente, en casa del gobernador, a donde fue trasladada a bordo del coche oficial de Hunt, un desvencijado ex taxi londinense, informa Efe.

El objetivo oficial de la visita es examinar "la estrategia militar y económica del archipiélago", así como rendir homenaje a "aquellos que protagonizaron su liberación", en palabras de Margaret Thatcher.

Dos cazabombarderos Phantom escoltaron al Hércules en el que Thatcher voló desde la isla de Ascensión, y la totalidad de las fuerzas británicas presentes en las Malvinas -unos 6.000, según cálculos extraoficiales- se encuentran en estado de alerta.

La oposición laborista ve en este viaje una intención electoral -la primera ministra puede convocar elecciones en cualquier momento de aquí a 1984- y, sobre todo, el deseo de oscurecer los resultados del informe que va a publicar lord Franks sobre las responsabilidades del Gobierno en el desencadenamiento de la guerra de las Malvinas.

La primera reacción oficial argentina ha sido la del ministro de Asuntos Exteriores, Juan Aguirre Lanari, quien había llegado ayer a Caracas en una escala previa de su viaje a Managua, donde participará en las reuniones del buró de coordinación del Movimiento de Países No Alineados, según informa Carlos Ares desde Buenos Aires. El canciller celebró una reunión de urgencia con el embajador argentino en Venezuela y posteriormente dio lectura a un comunicado oficial en una improvisada rueda de Prensa. En el mismo se señala que "el viaje de la primera ministra constituye un nuevo acto de provocación y de soberbia" y se reitera la firme decisión argentina de continuar la lucha diplomática por la recuperación de la soberanía sobre las islas.

"La República Argentina, respaldada por sus hermanas de Latinoamérica y por todos los pueblos del mundo que califican al colonialismo como un crimen contra la humanidad, no claudicará en su decisión. Su lucha en la disputa de la soberanía, admitida por el más alto foro internacional, no tuvo ni tendrá pausas ni concesiones", agrega el comunicado.

Desde que finalizaron los combates en el archipiélago, Thatcher venía expresando su deseo de visitar a los kelpers, nombre con que se conoce a los habitantes de esta colonia del Atlántico sur. "Habría sido realmente muy extraño que yo no viniera a las Malvinas", comentó a los periodistas, nada más poner pie en territorio malvinense, al serle preguntado si la visita no constituía una provocación hacia Argentina, informa Afp.

Como recordó ayer Francis Pym, titular británico de Exteriores, la primera ministra llega a las Malvinas coincidiendo con el 150 aniversario de la colonia. La jefa del Gobierno está recorriendo las distintas guarniciones militares y se desconoce cuánto durará su estancia en las islas.

La coincidencia del fin de semana y del verano motivó que la mayoría de los ministros y los integrantes de la Junta Militar se encontraran en sus residencias de descanso, situadas fuera de Buenos Aires.

Los periódicos matutinos dieron la noticia con enormes titulares a todo lo ancho de sus primeras planas, y uno de ellos, el diario El Tiempo, de reciente aparición y vinculado a un sector del Ejército argentino, tituló: "La Thatcher está en Argentina", mientras todos los demás se limitaban a informar de la llegada de la primera ministra británica a las islas Malvinas. El popular y amarillo Crónica dice además: "La Thatcher, en forma imprevista, puso sus patas en nuestras Malvinas", y debajo de la única foto publicada -donde se ve a Margaret Thatcher con su esposo en las islas Malvinas-, señala: "Algún día recuperaremos las islas, y habrá que fumigarlas para desinfectar y borrar las huellas de los cuervos ingleses".

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