Tregua en la 'guerra' entre europeos y norteamericanos por el control de los mercados agrícolas internacionales

El resultado de la reunión celebrada ayer entre cuatro ministros del Gobierno federal de Estados Unidos y los representantes de la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la CEE, es una tregua en la guerra que opone a europeos y norteamericanos por el control de los mercados agrícolas internacionales. A partir del próximo mes de enero y hasta marzo, norteamericanos y europeos intentarán encontrar soluciones para sus diferencias en el campo comercial. Casi cuatro meses de respiro, aunque Estados Unidos ha amenazado con "dar salida" a sus propios excedentes agrícolas, subvencionándolos "al modo de la CEE".

La delegación norteamericana, presidida por el secretario de Estado, George Shultz, e integrada por los titulares de Agricultura, John Block; Comercio, Malcolm Baldridge, y Tesoro, Donald Regan, no ha dado su brazo a torcer. El agresivo ministro de Agricultura ha dejado claro que Esta dos Unidos no se ha comprometido a permanecer inactivo y que está a la espera de ver cómo la CEE es capaz de aproximar sus precios agrícolas internos a los "Si del mercado internacional. "Si esta aproximación se produce", afirmó Block, "las subvenciones a la exportación (la bestia negra de Estados Unidos) caerían por sí solas. No habrá guerra comercial", dijo, "la guerra es mala para todos", pero recordó que Washington haría lo necesario para ser competitivo en el mercado internacional frente a las exportaciones europeas. El presidente de la Comisión Europea, el luxemburgués Gaston Thorn, tampoco aclaró cuáles pueden ser las vías de negociación: "La política agrícola común no es negociable. Vamos a hacer una lista de problemas concretos y a discutirla juntos, pero de momento no existe ningún otro compromiso". Según Thorn, lo importante es no tomar medidas que desorganicen el mercado mundial (alusión a la 5 amenaza norteamericana), pero cada uno proseguirá su propia política.

El más optimista pareció ser George Shultz. "Creo que las discusiones sobre los problemas comerciales toman un camino positivo, y que el tren esta en la vía buena", explicó. Para el secretario de Estado norteamericano, las diferencias comerciales entre su país y los aliados europeos no tienen ninguna repercusión en cuestiones de defensa. "La Alianza Atlántica es fuerte y tiene su base o fundamento propio", añadió.

Pluralidad de soluciones

El secretario del Tesoro, Donald Regan, rechazó las acusaciones europeas sobre la política monetaria estadounidense. "No hemos sido lentos, sino que bien al contrario, hemos asumido nuestra responsabilidad a nivel internacional". Regan acusó a su vez veladamente a los europeos de incoherencia: "En las reuniones internacionales de Ottawa, Cancún y Versalles", dijo, "se nos pidió que controláramos la inflación. Lo hemos hecho: ha bajado un 5%. Se nos dijo", prosiguió, "que el dólar era débil, ahora resulta que es demasiado fuerte".

Donald Regan no se descorazonó por ello: "Creo que 1983 será un buen año para Estados Unidos, y que el crecimiento se situará en un 3% o 4%. El año 1984 será todavía mejor".

El secretario del Tesoro no dio grandes precisiones sobre su reciente oferta de mejorar el sistema monetario internacional. "No tengo panaceas milagrosas y creo que hay una pluralidad de soluciones", afirmó, "pero estimo personalmente que hay medios para encontrar soluciones". Regan aludió a un tipo de estructura (no una reserva internacional de la clase de la Reserva Federal norteamericana) para acudir en socorro de países en situación "de urgencia". A su juicio, la situación internacional ha mejorado en los últimos seis meses. "Algunos países, por ejemplo, que estaban en grandes dificultades, han recibido créditos provisionales que les han permitido seauir adelante".