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La OTAN conflirma el despliegue de los nuevos euromisiles si no media una propuesta "seria y constructiva" de Moscú

Soledad Gallego-Díaz

La Alianza Atlántica quiere disipar cualquier duda en el ánimo de los soviéticos: si no existe una propuesta "seria y constructiva" de la URSS para reducir el armamento nuclear de alcance intermedio instalado en Europa, y si el acuerdo no llega antes de finales del año próximo, la OTAN desplegará, contra viento y marea, sus euromísiles.El Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de los dieciséis países de la Alianza, reunido ayer en Bruselas, recogió en su comunicado final esta firme posición, pero también -tal y como querían los europeos- un nuevo llamamiento a los nuevos dirigentes de la URSS para que demuestren su deseo de diálogo. "Los aliados queremos mejorar las relaciones con los Estados miembros del Pacto de Varsovia y ampliar los dominios de la cooperación mutua", afirma la OTAN. "Estamos abiertos a toda posibilidad de diálogo y acogeremos positivamente toda iniciativa positiva para reducir la tensión".

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Entre estos gestos figuraría una solución política al problema de Afganistán y una "reconciliación nacional" en Polonia.

A este respecto, precisamente, el presidente norteamericano, Ronald Reagan, hizo ayer un llamamiento a los dirigentes polacos para que pongan fin a la represión en su país, al tiempo que les asegura la disposición de Estados Unidos a "responder ante verdaderas medidas de liberalización". Es decir, a levantar las sanciones políticas y económicas si Varsovia deroga la ley marcial.

Propuestas "realistas"

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La pelota queda, pues, en el campo de Moscú. Los europeos esperan que el nuevo equipo de Yuri Andropov presente propuestas "realistas" en las conversaciones de Ginebra, en el convencimiento de que aunque Estados Unidos siga manteniendo como única oferta la opción cero (destrucción de los SS-20 soviéticos a cambio de desplegar los Cruise y Perhing 2 norteamericanos), tal y como aseguró Shultz, los aliados pueden presionar y lograr una flexibilización en Washington.

George Shultz, que demostró en su primera asistencia a un consejo atlántico un talante más apacible que el de su antecesor Alexander Haig, aseguró que Estados Unidos estaba tan interesado como los europeos en lograr mejores relaciones con la Unión Soviética y negó que hubiera diferencias en la OTAN respecto a la opción cero. "No hemos discutido ninguna otra posibilidad", explicó.

El secretario de Estado norteamericano hizo hincapié en la preocupación aliada por el uso de las armas químicas, preocupación que queda recogida por primera vez en un comunicado final del Consejo Atlántico. Shultz señaló que existían "fuertes presunciones" de que este tipo de armas siguen siendo utilizadas en el sureste asiático y en Afganistán, y subrayó que hay que lograr una convención internacional para prohibir la preparación, producción y almacenamiento de armas químicas. La convención contendría medidas apropiadas de verificación, incluida la inspección in situ.

George Shultz, que aprovechó su estancia en Bruselas para iniciar también negociaciones con la Comunidad Económica Europea (véase página 45), afirmó que estos problemas comerciales no "desbordaban" las cuestiones de defensa y se felicító por ello.

Shultz expuso a sus aliados europeos su ya conocida petición de que se modifiquen las relaciones comerciales y financieras con la Unión Soviética y recordó que existían conversaciones en curso en el seno de la OCDE y del Comité para el Control de Transferencia Tecnológica hacia los países del Este (COCOM).

Mando norteamericano

El secretario de Estado norteamericano desmintió rotundarnente la información aparecida ed el diario británico The Guardian, según la cual Washington tiene intención de trasladar el Estado Mayor de sus fuerzas en Europa desde Stutgart (República Federal de Alemania) hasta un lugar aún no conocido del Reino Unido, por estimar que se encuentra ahora demasiado próximo de las líneas enemigas y que las fuerzas aliadas no podrían contener un primer ataque soviético.

"El mando de las tropas está donde está y no hay ninguna intención de cambiarlo", afirmó Shultz. "Si hay, desgraciadamente, una guerra, entonces el mando central es el de la OTAN, pero actualmente todo queda como está".

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