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La OTAN reafirma su voluntad de desplegar los 'euromisiles' si fracasan las conversaciones de Ginebra

"Ejemplo de la brutalidad soviética", "intento de intimidación de la opinión pública europea", "propaganda sin escrúpulos". Esta ha sido la respuesta de la Organización para el Tratado del Atlántico Norte (OTAN) al artículo difundido por la agencia soviética Novosty según el cual la URSS pondrá en estado de alerta a sus fuerzas nucleares y desencadenará un ataque atómico inmediatamente después de detectar un misil en vuelo hacia su territorio.

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El tono inusitadamente violento de la respuesta aliada, que suele acoger con cautela las declaraciones soviéticas y con indiferencia los artículos aparecidos en su Prensa, no oculta, sin embargo, la preocupación que ha despertado en Europa la amenaza soviética ni los diferentes puntos de vista en el seno de la OTAN respecto al desarrollo de las negociaciones de Ginebra para la reducción de armamento nuclear de alcance intermedio.Los aliados, representados en Bruselas por sus ministros de Defensa, que asisten a las reuniones de otoño de la OTAN, han querido, antes que nada, ofrecer a la URSS una imagen de firmeza en lo relacionado con el despliegue de los euromisiles, previsto para fines de 1983. Así, el secretario general de la Alianza, Joseph Luns, y el ministro norteamericano de Defensa, Caspar Weinberger, han repetido hasta la saciedad que la única garantía efectiva para la paz es, precisamente, un equilibrio de fuerzas nucleares en Europa.

Temerosos, tal vez, de la repercusión que pueden tener las declaraciones soviéticas en la opinión pública europea, y concretamente en la República Federal de Alemania, donde teóricamente se abrirá en los primeros meses del año un proceso electoral, Weinberger no ha dudado en calificar de "intimidación" y "ejemplo de la brutalidad" soviética el artículo de Novosty; el ministro británico, John Nott, estima que se trata de una "propaganda sin escrúpulos", y Joseph Luns, que es "un ruido de botas". Nott añadió: "Creo que es pura propaganda, pero si no lo fuera y tuviera un elemento de doctrina, entonces es una razón de más para modernizar nuestra fuerza nuclear".

Weinberger asintió vehementemente y señaló que el programa de instalación de los 572 euromisiles seguía su ritmo previsto y que, a falta de acuerdo en Ginebra -donde no se ha experimentado ningún avance notable-, serían desplegados.

La novedad más importante de la reunión celebrada ayer en Bruselas -con presencia de todos los ministros de Defensa, salvo el francés y el islandés, porque sus países no pertenecen a la organización militar y no desean asistir a este tipo de reuniones- ha sido, tal vez, una declaración formulada por Nott, ministro de Defensa británico, que asistió, cosa inhabitual, a la conferencia de Prensa final, junto con Weinberger y Luns. Nott explicó que el Reino Unido estaría dispuesto a considerar cualquier propuesta soviética de reducción de armamento nuclear de alcance intermedio, aunque no fuera la "famosa opción cero", que presentó Reagan y que apoya la Alianza en su conjunto.

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La intervención del ministro británico constituye una novedad, porque las negociaciones de Ginebra son protagonizadas directamente por EE UU y la URSS. Aunque Nott aseguró que su posición era compartida por la conferencia ministerial aliada, lo cierto es que Weinberger, sentado a su lado, no respaldó esta posición y se limitó a decir que si los soviéticos presentaban alguna propuesta concreta, Ios negociadores en Ginebra" la estudiarían.

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