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Francia no aceptará ningún calendario que precise la entrada de España en la Comunidad Económica Europea

Francia no está dispuesta a aceptar un calendario que precise la entrada de España en la Comunidad Económica Europea (CEE), afirmó ayer el ministro francés de las Comunidades Europeas, André Chandernagor, en respuesta a la declaración del número dos del PSOE, Alfonso Guerra. François Mitterrand, en una entrevista que concedió al diario independiente Le Monde, reiteró la ya conocida posición francesa sobre el mismo tema, destacando "los arduos problemas económicos" que plantea la adhesión española. Chandernagor, además, sospecha que la Prensa española no esté explicando claramente este problema.

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"Yo les diría a nuestros amigos españoles, ustedes leen demasiado su Prensa. Y no estoy seguro de que esa Prensa informe siempre con la claridad necesaria, pues abunda tanto el tono apasionado que me pregunto si no existe una tendencia a decir más de lo que se ha dicho". Con esta frase inició Chandernagor su respuesta a la pregunta que se le hizo, en un diálogo con la Prensa extranjera sobre la declaración del dirigente socialista español, Alfonso Guerra, según el cual España retiraría su demanda de adhesión si no entrara en la CEE en 1985.Chandernagor explicó acto seguido, la muchas veces reiterada posición francesa ante dicha cuestión: "Se ha dicho que los franceses bloqueamos la negociación. Eso nunca lo hemos pensado. Lo que hemos dicho desde el principio es que queremos negociaciones serias. Esas negociaciones hay que conducirlas a su término, pero no queremos encerrarnos en un calendario preestablecido. Las negociaciones deben caminar a su paso, y ese paso es el de la realidad de los problemas".

Tanto el ministro como el presidente Mitterrand, en sus declaraciones al diario Le Monde, repitieron la doctrina francesa por lo que atañe a la entrada de España a la CEE: "No puedo exponer a Francia a encontrarse en una Europa de doce (la actual, más España y Portugal) en la que se vería forzada a invocar constantemente la regla de la unanimidad", dijo Mitterrand.

El presidente y su ministro de las Comunidades rechazan categóricamente el sambenito que señala a Francia como la única responsable de las dificultades españolas para ingresar en la CEE. "Ya está bien", exclama Chandernagor, que pide se interrogue a los demás miembros de la Comunidad si creen que esta última funcionará igual el día que sea de doce países, y si entienden continuar subvencionando la agricultura con el 1% del IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido), y si quieren resolver los tres problemas claves, a su entender, para facilitar la ampliación: el de las fuentes propias de financiación, el de los países mediterráneos, y el de las frutas y legumbres.

El presidente Mitterrand, refiriéndose a la entrada de España en la Comunidad, remacha: "El poco interés de los miembros actuales por la producción mediterránea, y la ausencia de garantías serias en el marco de la Comunidad existente, me invitan a la circunspección y a no dejar los intereses vitales de varias regiones francesas a merced de países que no piensan más que en proteger sus productos. Esto ya se lo dije a los españoles. Lo que hace falta ahora es una explicación franca, y que se creen las condiciones para una competencia leal y soportable para ambas partes. Yo deseo que esto se realice. Y, para ello, es necesario que la Europa de los diez reafirme su política agrícola y que proteja los productos del sur como protege los del norte".

El ministro Chandernagor, como ya lo hizo el presidente en Madrid el verano pasado, entiende que abordando así el problema de la ampliación, "los franceses estamos trabajando para los españoles".

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