Creciente erosión del régimen argentino
El general Reynaldo Bignone, presidente de Argentina, que debe conducir un delicado proceso de transición de su país hacia la democracia, muestra después de algún tiempo "signos de lasitud", en razón, según se dice entre los que le rodean, del clima engendrado, por la sucesión de los escándalos que sacuden Argentina.
Buenos Aires se hizo eco durante el pasado fin de semana de la "morosidad y de la fatiga" del presidente Bignone, cuyo diálogo con los partidos políticos marca el paso, mientras que la justicia se ve cogida por asuntos que continúan deteriorando la imagen de un régimen "ya en la agonía", según la expresión de numerosos líderes políticos argentinos.Después de haber sufrido todo el peso de las consecuencias inmediatas, políticas y económicas, de la derrota de las Malvinas, el general Reynaldo Bignone, cuatro meses después de su llegada a la Casa Rosada, sede presidencial argentina, ha visto surgir una serie de escándalos que tienden a devaluar, todavía más, la acción y la gestión de los militares desde el golpe de Estado que derrocó a María Este la Martínez de Perón.
Retomado hace una decena de días por las organizaciones de defensa de los derechos humanos, el asunto de los cadáveres inidentificados enterrados en una fosa común de la localidad de Grand Bourg, cerca de Buenos Aires, se está convirtiendo en una verdadera bola de nieve de desprestigio y de críticas contra el régimen.
Estas mismas organizaciones que desde hace años exigen información sobre los miles de desaparecidos durante la guerra civil, entre 1976 y 1979, han alertado a la justicia argentina sobre otros casos similares al de Grand Bourg en La Plata, capital de la provincia de Zamora, cerca de General Villegas, en los confines de La Pampa.
Montones de cadáveres
Decenas de cadáveres de desaparecidos han sido amontonados en los pabellones destinados a los muertos no identificados de estas necrópolis, con la mención "muertos en el curso de enfrentamientos militares", inscritos sobre los registros de los cementerios.Un juez investiga asimismo las razones del volumen de la deuda exterior argentina, cifrada en unos 40.000 millones de dólares, más de cuatro billones de pesetas.
Ayer se supo que en Mar del Plata, cuatro policías, un oficial, Juan Carlos Navarro, y tres suboficiales, Hugo Cambarere, Luis Novili y Carlos Pons, fueron detenidos el pasado 8 de octubre tras ser acusados de torturar con picana eléctrica a cinco menores de edad.
El espacio dedicado por la Prensa argentina a todas estas acusaciones, denuncias, asesinatos y corruptelas ha sensibilizado a los jefes militares y, en consecuencia, el Gobierno ha decidido el viernes cerrar La Semana, uno de los más grandes semanarios de Buenos Aires, por estos "abusos".
En medios periodísticos argentinos el cierre del semanario ha sido interpretado como una advertencia "muy clara" de los militares, que "quieren recuperar el control de la información, que se les va de las manos".
Ante el vértigo creciente de la opinión pública y para disipar los rumores de golpe de Estado y minimizar la existencia de una Junta clandestina "que buscaba dar un frenazo a los esfuerzos para el retorno a la vida constitucional", el Gobierno ha filtrado durante el pasado fin de semana una información según la cual el Ministerio del Interior trabaja sobre varios proyectos de calendario electoral, que conducirían a las elecciones generales en julio de 1983.
Por otra, parte, un grupo desconocido intentó ayer robar los registros del cementerio en el que recientemente aparecieron 400 cadáveres anónimos de desaparecidos por motivos políticos. El intento de robo ha sido denunciado ante un juez de Buenos Aires. En los registros del cementerio, los cadáveres encontrados aparecen como "muertos en enfrentamientos con militares".
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