La alimentación del futuro será más vegetariana, según Francisco Grande Covián

El profesor Francisco Grande Covián advirtió de los serios riesgos que presentan para la salud las dietas macrobióticas, durante su intervención en el curso dedicado en La Granda (Asturias) al tema "Biología y evolución", organizado por la Escuela Asturiana de Estudios Hispánicos.

La alimentación del año 2000 será, según Grande Covián más sana, más vegetariana más dependiente de los cereales y se registrará un incremento en el consumo de leguminosas. Al término del siglo actual la población mundial habrá pasado de 4.200 millones de habitantes a más de 6.000 millones Teniendo en cuenta que para lograr mil calorías de carne de cerdo, este animal ha de consumir antes 6.000 a 7.000 calorías, la carne como elemento alimenticio será un lujo y habrá de ser sustituida progresivamente por los vegetales.Isabel García-Acha, del Instituto de Microbiología y adscrita al Consejo Superior de Investigaciones Científicas, subrayó que la agricultura actual es capaz de alimentar al hombre y de evitar el hambre por que hay medios y suelos suficientes.

El director del curso, Julio Rodríguez Villanueva, catedrático de la Universidad de Salamanca, afirmó que no existen precedentes en España del tratamiento dado en La Granda al tema del evolucionismo, abordado desde el origen de la vida y la unidad y diversidad biológica. José Antonio Valverde, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, se refirió a las fuerzas selectivas que afectaron a los primates y que originaron la aparición del hombre. Aparentemente fue el progresivo aumento de talla el que llevó a los antepasados del hombre a superar el peso límite compatible con una existencia árborea, obligándole a descender al suelo, donde predominaba una vegetación de leguminosas y gramíneas cuyas semillas pasaron a constituir la base de su alimentación. La utilización de los alimentos pequeños y duros obligó a desarrollar su mano prensil con el consiguiente desarrollo del bipedismo y el aumento de la potencia triturante de las mandíbulas modificó profundamente su rostro. Los cambios morfológicos en la mano y la región bucal fueron la base de su habilidad manual y del lenguaje.