"Es imposible saber cuándo se podrá determinar el origen del cáncer", dice Severo Ochoa

"Los científicos han realizado avances significativos en la investigación del cáncer, pero es imposible predecir cuándo se logrará determinar sus orígenes", ha declarado a Efe el profesor Severo Ochoa, que ha calificado de "trabajo de primera línea" el que se realiza en el Instituto Nacional del Cáncer de Bethesda (EE.UU.), por un grupo de científicos dirigidos por el español Mariano, Barbacid, que ha logrado identificar genes humanos capaces de transformar células normales en cancerosas.Junto con Barbacid colaboran los biólogos moleculares españoles Eugenio Santos y Vicente Notario, además de la italiana Simoneta Pulciani y dos ayudantes norteamericanas. Aparte del grupo dirigido por el doctor Barbacid, hay otros tres en diversas instituciones de los Estados Unidos realizando investigaciones similares.

La presencia de científicos españoles en esas investigaciones "evidencia el mayor desarrollo de la investigación científica en este país", siguió diciendo el profesor Ochoa, que compartió en 1959 el premio Nobel de Medicina con el norteamericano Arthur Kornberg. "Hay en la Universidad de Nueva York otro científico español, el doctor Angel Pellicer, que también desarrolla una investigación similar a la de Barbacid, añadió el doctor Ochoa.

El propio doctor Pellicer explicó a Efe, en una conversación telefónica, que su investigación de la genética molecular es, en efecto, similar a la conducida por Barbacid, con la diferencia de que éste ha utilizado células humanas para el experimento. "Lo que yo he hecho", afirmó Pellicer, "es tomar ácido desoxirribonucleico (DNA) de tumores cancerosos en ratones con la idea de aislar genes que transformen una célula normal en cancerosa". Añadió, sin embargo, que sus trabajos "no son en manera alguna únicos" y que, al igual que las investigaciones de Barbacid, "no pueden considerarse como definitivas en la determinación de los orígenes del cáncer".

Angel Pellicer, de 34 años de edad, es licenciado por la Universidad de Valencia y completó su doctorado en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de Madrid, antes de viajar a los Estados Unidos para su especialización.

El científico español, que desempeña una cátedra en el departamento de Patología de la Universidad de Nueva York, expresó recientemente su desacuerdo con la forma en que se organiza la especialización de los científicos en España. "Aun cuando no conozco en detalle la situación de otros países en desarrollo, especialmente iberoamericanos, bien puede decirse que la situación allí es similar a la que experimentamos en España", afirmó.

En su opinión, el panorama de la investigación científica ha empezado a mejorar en España, con una mayor provisión de fondos gubernamentales, pero añade: "Es lamentable que el esfuerzo realizado al enviar a científicos a otros países para perfeccionarse se pierda, en cierta medida, porque no se ha producido una expansión de nuevos centros de investigación y no se han creado nuevas plazas para acomodar a los investigadores". El científico español cree que el esfuerzo realizado no da los resultados apetecidos porque, al regresar a su país de origen, los investigadores no encuentran el apoyo suficiente para proseguir su trabajo.