'Sanfermines'82', auténtica feria del toro
¡Ay Mamá Inés, todos los negros tomamos café!" era la canción de los sanfermines, en el sol, coreada por los mozos, y mientras tanto, los toreros se jugaban la vida en el ruedo, frente a reses apabullantes, con romana y "leña", que compusieron una auténtica Feria del Toro.El jurado de dicha feria declaró desierto el premio correspondiente a la corrida más completa, pues ninguna hubo que, en conjunción estampa, fuerza y bravura, mereciera destacarse, y proclamó a un toro de Albaserrada el más bravo del abono, en especial por su comportamiento en el primer tercio, pues recargó con fijeza absoluta durante muchos minutos, sin que las cuadrillas lograran sacarlo del caballo.
No hubo corrida completa pero sí verdaderos corridones de toros; aparatosos ejemplares, como no se ven ni siquiera en Madrid, la plaza de más acusada severidad en lo que respecta a la presentación del ganado. Si algún reparo se puede poner a la Junta Taurina de la Casa de Misericordia, que organiza los festejos, es que quizá sea excesivo tanto trapío, para las exigencias reales del público sanferminero, al que no parece importarle tanto la pureza de la lidia como la diversión en el tendido.
Naturalmente que un análisis concienzudo de cada corrida y cada toro nos llevaría a entresacar reparos, que se acusaron más con la de Torrestrella, rechazada por los veterinarios pues, al parecer, estaba escobillada. Por algunos sectores de afición fue censurado que, en su lugar, salieran toros de Francisco Ortega -pues argumentaban que este ganadero no tiene categoría para los sanfermines-, pero la realidad es que estos ejemplares sustitutos tenían trapío, bravura tres de ellos, y uno se barajó entre los "candidatos" para el premio de bravura por el jurado de la Feria del Toro. Peor condición, a nuestro jucio, mostró la corrida del marqués de Domecq, por blanda.
A los organizadores se les reprocha que no incluyeran en la feria una corrida de Victorino Martín. Replican que éste ganadero pide por la venta de sus productos un porcentaje de la taquilla, lo cual desiquilibraría el presupuesto, con detrimento de los beneficios, que se dedican al sostenimiento de la Casa de Misericordia. No obstante, es muy posible que en los próximos sanfermines, con motivo de cumplirse el 25º aniversario de la Feria del Toro, haya reses de Victorino.
Más volteretas
De las características de las reses, muchas de las cuales unieron sentido a su apabullante presencia, dará idea que en sólo ocho corridas de la feria se han producido más volteretas y heridos que en las 25 de la isidrada. Roberto Domínguez sufrió una cornada grave en la región pleural. Jorge Gutiérrez, Emilio Muñoz, Tomás Campuzano, Dámaso González, José Antonio Campuzano y José Luis Palomar fueron cogidos de forma espeluznante, y el valiente espada soriano resultó herido en un brazo y en la cabeza.
El balance artístico de la feria ha sido muy pobre. En general, los toreros no podían con los toros. Figuras como José Mari Manzanares y Niño de la Capea fracasaron rotundamente. De los "segundos", apuntaron detalles (no demasiados) Ernilio Muñoz, Dámaso González y los hermanos Campuzano. Ruiz Miguel, que muleteó valiente con los toros difíciles y para la galería con los fáciles, mantiene sus créditos de diestro pundonoroso. Jorge Gutiérrez conjugó valor, técnica y profesionalidad. Entre las 48 faenas que hubo en la feria, ni una sola fue completa. Arte tampoco hubo. El toro estuvo casi siempre por encima del torero.
Como anécdotas, un espontáneo se lanzó al ruedo tres veces. Lo peor de la feria quizá haya sido la presidencia.
La feria de Pamplona es un eslabón importante de la temporada, por su especial dureza. El toreo da en ella su medida.
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