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La guerra en el Atlántico sur

El Reino Unido rechaza cualquier propuesta de alto el fuego y sólo admite la rendición o la retirada argentina

Andrés Ortega

Los argentinos lanzaron ayer, en el día de su fiesta nacional, una "masiva" ofensiva aérea contra las fuerzas británicas en las Malvinas. Al menos tres de sus Skyhawk fueron derribados, pero los aviones argentinos lograron dañar muy seriamente a un buque británico, probablemente un destructor. En el Parlamento, la primera ministra Margaret Thatcher aseguró que si el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas solicita un alto el fuego, Gran Bretaña ejercerá su derecho a veto.

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Los británicos temían esta ofensiva argentina, pero a media tarde de ayer el portavoz oficial del Ministerio de Defensa leyó un comunicado triunfalista. Aviones Harrier habían bombardeado el aeródromo de Puerto Argentino, sin sufrir bajas. En la bahía de San Carlos unos aviones argentinos lograron superar la barrera de los Harrier, pero tres Skyhawk fueron derribados sin haber dañado a los buques británicos.Por la noche, mientras el ministro de Defensa, John Nott, era entrevistado en directo en la televisión, reveló las "malas noticias": la masiva ofensiva argentina y los daños muy severos a un buque. No tenía detalles sobre el número de bajas. Las operaciones de rescate proseguían frenéticamente.

Este es el cuarto buque que, si se confirman estas informaciones, pierden los británicos. Otros ocho al menos han sido dañados desde el comienzo de la guerra. La BBC pensaba que el buque en cuestión era un destructor del tipo 42 ( como el hundido Sheffield) que no va equipado con misiles antiaéreos Sea Wolf, que operan automáticamente con radares. La fragata Antelope, que se había venido a pique el lunes, tampoco. Disponía tan sólo para su defensa antiaérea de los sistemas Sea cat, de control óptico.

En tierra, según los corresponsales de la televisión, durante la noche anterior, una unidad argentina se había aproximado desde Goose Green a la cabeza de puente británica. Paracaidistas británicos salieron a su encuentro, disparando sus morteros y artillería. Los argentinos debieron retirarse sin responder.

El Ministerio de Defensa no quiso confirmar que sus tropas habían comenzado ya a avanzar desde la cabeza de puente. Se proseguía el desembarco masivo de material bélico y suministros. Siete soldados argentinos, huídos el viernes de la zona, cuando el desembarco, regresaron ayer para entregarse.

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En un mensaje a los habitantes de las islas, en el servicio mundial de la BBC, John Nott pidió ayer al gobernador argentino en las Malvinas, General Mario Menéndez, que presentara su rendición. Nott afirmó que si los habitantes desean convertir las Malvinas en un país independiente, esa posibilidad podría ser contemplada, garantizando un grupo de países la defensa de las islas.

Los británicos están decididos a recuperar el archipiélago con una victoria militar. En el tiempo de interpelaciones, la primera ministra rechazó ayer de nuevo la posibilidad de una solución negociada y aseguró que ejercería el veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas si Irlanda intenta que se apruebe una resolución para un alto el fuego. Para Margaret Thatcher el conflicto de las Malvinas no terminará hasta que las fuerzas argentinas no se retiren del archipiélago. Los laboristas insisten, sin embargo, en no cerrar la vía diplomática.

Los informes oficiales británicos sobre el desarrollo de las operaciones se retrasan y no se caracterizan por la precisión de sus detalles sobre los daños infligidos a sus fuerzas. El Ministerio practica la magia de los números, pero en su numerología, nunca da datos globales, sino a cuentagotas. No hay una cifra oficial total sobre los aviones enemigos derribados. Hay que calcularla a partir de los diversos comunicados, y se llega así a la conclusión, según la versión británica, de que los argentinos han perdido al menos 36 de sus cazabombarderos.

Fue la BBC la que informó de que la fragata Argonaut, de la clase Leander había sido tocada por el fuego enemigo. Según la lista oficial e incompleta de buques que participan en la operación del Atlántico sur, el destacamento naval británico está formado por veinte buques de guerra, doce auxiliares y 43 barcos mercantes requisados para la ocasión, entre ellos los transatlánticos Canberra y Queen Elizabeth 2.

Se supone que, aun teniendo en cuenta los tres buques hundidos, Gran Bretaña ha enviado al menos otros diez de sus buques a la zona. El crucero de lujo Queen Elizabeth 2, que debe estar muy próximo a las Malvinas con 3.000 soldados a bordo, va escoltado por un destructor y varias fragatas.

Se entiende que Londres ha despachado ya otras fragatas de la clase Broadsword, armadas con sistemas Sea Wolf. Según fuentes oficiales, una batería británica de misiles portátiles Blowpipe va a ser trasladada de la República Federal de Alemania a las Malvinas para dar una mayor cobertura antiaérea a las fuerzas.

Está claro que el Gobierno de Margaret Thatcher se dispone a recuperar las islas Malvinas con una victoria militar. En el tiempo de interpelaciones en el Parlamento la primera ministra volvió a rechazar la posibilidad, en las circunstancias actuales, de una solución negociada. Aseguró que ejercería el veto en la ONU si Irlanda intenta que se apruebe una resolución para el alto el fuego.

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