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La Royal Navy llega a las Malvinas

Emocional arenga de Galtieri a las tropas argentinas para que defiendan las islas incluso hasta la muerte

Con lágrimas en los ojos, el presidente argentino, general Leopoldo Galtieri, reafirmó la soberanía de su país sobre las islas Malvinas y exhortó a las tropas allí acantonadas a combatir "hasta la última gota de sangre" para defenderlas. La visita de Galtieri, primera que realiza un jefe de Estado argentino a las islas, reclamadas por Buenos Aires desde hace casi 150 años y ocupadas militarmente el pasado día 2 de abril, supone un nuevo compromiso por parte de la Junta Militar para no ceder la soberanía sobre el archipiélago y es un rechazo explícito de la pretensión británica de retornar al estado anterior a la intervención militar argentina.

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Vestido con uniforme de campaña verde oliva, el general Galtieri inspeccionó durante cinco horas las defensas establecidas en las islas, donde se calcula que han sido trasladados cerca de 10.000 soldados, y voló después al continente para revisar otras guarniciones del sur del país.En unas breves declaraciones hechas en la isla Soledad, Galtieri, que estaba visiblemente emocionado, dijo que, "con todo el respeto que me merece el pueblo inglés, el Reino Unido deberá comprender que ha cambiado la historia, que han pasado siglos, el mundo ha evolucionado y ciertas cosas del pasado no pueden regresar".

La proximidad de la flota de guerra inglesa y el punto muerto en que se encuentran las negociaciones para la búsqueda de una solución pacífica del conflicto hacen temer algún tipo de enfrentamiento bélico en los próximos días.

Para algunos observadores, el Reino Unido esperará hasta que el próximo martes se produzca la votación en la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre la aplicación del Tratado de Río de Janeiro, solicitada por Buenos Aires. De atacar antes de esa votación, los ingleses podrían dar argumentos a muchos países del hemisferio para apoyar a Argentina.

Las medidas punitivas contra el Reino Unido que pedirá Buenos Aires en la OEA también dependerán de cómo evolucione la situación en este fin de semana. No hay seguridad de que Argentina vaya a obtener los catorce votos necesarios para la aplicación del tratado interamericano; pero, en cualquier caso, las acciones acordadas estarán muy lejos de la ayuda militar y se limitarán, más bien, a la imposición de sanciones económicas contra Londres.

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El comandante en jefe de la Marina y miembro de la Junta Militar, almirante Jorge Anaya, advirtió ayer de la posibilidad de que "tengamos que defendemos solos". En una sesión informativa para almirantes retirados, Anaya dijo que un conflicto entre el Reino Unido y Argentina supone un peligro de "resquebrajamiento del bloque occidental".

Los medios de comunicación informaron ampliamente ayer de la posibilidad de que la flota británica ataque el archipiélago de las Georgia del Sur, donde hay una escasa guarnición argentina. Estas islas, que están fuera del radio de acción de los aviones de combate argentinos, podrían servir de base para una posterior ofensiva británica contra las Malvinas.

Pero es más probable que la toma de las Georgia del Sur se llevará a cabo, más bien, para "reparar la afrenta" infligida al honor nacional inglés por la ocupación de las Malvinas, al mismo tiempo que para negociar después desde una posición de mayor fuerza.

No puede descartarse, por consiguiente, alguna acción bélica durante el fin de semana, incluso aunque sigan desarrollándose en Washington conversaciones entre el secretario de Estado, Alexander Haig, y los ministros de Asuntos Exteriores de Argentina y del Reino Unido. Un peligro adicional reside en la posibilidad de que el choque no sea provocado, sino que se produzca por la relativa cercanía de las fuerzas.

De esta forma, los vuelos de reconocimiento efectuados por un Boeing 707 de la fuerza aérea argentina y su interceptación por cazas Harrier que despegaron de un portaeronaves de la flota británica constituyen un tipo de incidente cada vez más frecuente.

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