Argentina, dispuesta a retirar sus tropas si la flota británica se detiene
Un ambiente de moderado optimismo prevalecía en Washington al término de la conversación telefónica que, durante veinte minutos, mantuvieron el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, y el presidente de Argentina, general Leopoldo Galtieri. Aunque no hay confirmación oficial, al parecer Galtieri ofreció a Reagan retirar las tropas argentinas de las islas Malvinas si el mandatario norteamericano convence a los británicos para que detengan la flota que navega en dirección a las islas.En diálogo telefónico mediante intérpretes, el presidente Reagan recibió, a las cinco de la tarde del jueves (cero horas del viernes en Madrid), la confirmación del deseo personal de Galtieri de "encontrar una solución pacífica" al asunto de las Malvinas, dijo el portavoz de la Casa Blanca.
A primera hora de la mañana del viernes, Reagan reunió a su Consejo de Seguridad, que dirige William Clark, para deliberar en relación con las Malvinas, mientras el secretario de Estado, Alexander Haig, continuaba su mediación en Buenos Aires, con entrevistas con Galtieri y el ministro de Relaciones Exteriores, Nicanor Costa Méndez.
Según fuentes de la Casa Blanca, los dos estadistas no discutieron sobre la estrategia militar de británicos y argentinos ni tampoco de las implicaciones de las dos superpotencias con el Reino Unido (por parte de Estados Unidos) o con Argentina (de lado soviético) al facilitar informaciones, vía satélite, a cada uno de los dos bandos. Washington desmintió formalmente tal principio, mientras Buenos Aires hacía lo mismo.
La insistencia en la necesidad de un arreglo pacífico se funda, según un comunicado de la Casa Blanca, "en la necesidad de evitar una tragedia entre aliados de un mismo hemisferio". El presidente Reagan pidió flexibilidad a ambas partes.
Washington no píerde la esperanza de que en el último momento sea posible encontrar una solución basada en la instalación de una fuerza multilateral (a través de países de la OEA o bajo el patrocinio de la ONU) que permita salvar la cara a ambas partes directamente implicadas, británicos y argentinos, mientrs se inicia un proceso de negociación. Medios diplomáticos norteamericanos recuerdan en este sentido la fórmula encontrada entre China y el Reino Unido a propósito de Hong Kong, territorio sobre el que Londres reconoce la soberanía china aunque continúe gestionando la colonia con un arriendo a, largo plazo.
Por otra parte, causan cierto re vuelo en la capital, norteamericana las revelaciones del periodista Jack Anderson, que difundió las grabaciones de una conversación secreta entre el presidente Reagan y el secretario de Estado, Haig, en el momento en que Haig viajaba entre Buenos Aires y Londres. Anderson, que considera que su información "no afecta a los intereses de seguridad nacional", explica
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