Oposición en Sevilla a un monumento de Chillida dedicado a la tolerancia

"Toda esta campaña que se ha montado demuestra que sí es necesarío conmemorar la tolerancia y que ciertos elementos de la derecha sevillana disfrazan con el rodaje de lo andaluz lo que no es más que chovinismo de la peor especie", ha declarado el concejal delegado de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla, José Luis Ortiz Nuevo, a propósito de la polémica desencadenada por haber encomendado al escultor Eduardo Chillida la realización de un monumento a la tolerancia para su instalación en esta ciudad. El artista se ha mostrado sorprendido y decepcionado por esta controversia.La idea original de este monumento surgió al cumplirse, durante el año 1981, el centenario de la Inquisición española, cuya actividad se inició precisamente en Sevilla. José Luis Ortiz Nuevo propuso la celebración de un ciclo de conferencias sobre la tolerancia, y el levantamiento solemne de una obra plástica que reflejase, de forma simbólica y permanente, ese espíritu de tolerancia que necesita la sociedad sevillana, a juicio del concejal.

Ambas iniciativas fueron aprobadas por el Ayuntamiento sesión plenaria, aunque con el voto en contra de los concejales pertenecientes a Unión de Centro Democrático. El ciclo de conferencias lo abrió, el 23 de marzo, Julio Caro Baroja, con una sobre La reforma en Andalucía en el siglo XVI, estando previstas a lo largo de todo el año disertaciones de diversas personalidades.

Para la construcción del monumento, José Luis Ortiz Nuevo ha hecho un encargo previo al artista vasco Eduardo Chillida, si bien éste deberá presentar, en fecha próxima, una maqueta del proyecto para su aprobación definitiva por el Ayuntamiento. La obra, que Chillida ha prometido será instalada junto al puente de Triana, en el lugar conocido como el Muelle de la Sal.

Además de UCD, las protestas de un influyente sector de la sociedad local se han hecho sentir con dureza, con argumentos centrados en la contratación de un escultor foráneo para una obra netamente sevillana y en el costo que supone el ciclo de conferencias para una ciudad con tantas necesidades perentoriales. También se ha criticado el hecho de que el cartel anunciador del ciclo, obra del propio Chillida, haya sido impreso en San Sebastián.