El Reino Unido bloquea las negociaciones de precios agrarios en la CEE
El Reino Unido volvió a bloquear ayer, en Bruselas, las negociaciones para los nuevos precios agrícolas de la Comunidad Económica Europea (CEE) que deben estar en vigor, teóricamente, el 1 de abril próximo. Londres exige que se encuentre previamente una solución definitiva para el problema de su excesiva aportación al presupuesto comunitario. La dura batalla interna que se esta desarrollando en el seno de la CEE puede tener malas consecuencias para las negociaciones con España.
Los expertos estiman que el problema inglés no podrá quedar resuelto en la cumbre de jefes de Gobierno y de Estado prevista para el 29 de este mes, pese a que Londres amenaza con bloquear los precios agrícolas, si hace falta, hasta el verano. La amenaza británica, caso de llevarse a la práctica provocaría una de las crisis más graves conocidas por el Mercado Común. Todas lamiradas se dirigen hacia la República Federal de Alemania (RFA), gran pagador de la CEE, que todavía no ha aclara do definitivamente su posición en esta guerra interna de los diez.
En la reunión de ministros de Agricultura que finalizó ayer en la capital belga se comprobó que la dama de hierro, la primera ministra Margaret Thatcher, no ha movido un ápice sus posiciones. Londres bloquea el aumento de los precios agrícolas con todos los medios a su alcance. Afirma que la política agrícola común consume ya más del 60% del presupuesto de la CEE (20.700 millones de dólares) y que los aumentos previstos por la comisión (9% de media) son excesivos. Francia, apoyada por Grecia, Italia y, en ocasiones, por Irlanda, reclama aumentos mayores. París asegura que no aceptará el chantaje británico y que Londres no obtendrá sus desorbitadas pretensiones presupuestarias.
Británicos y alemanes se oponen casi a las propuestas de la comisión para solucionar la guerra del vino entre Francia e Italia. Los expertos sugieren un presupuesto extraordinario de 150 millones de dólares, para destilar siete millones de hectólitros, así como estudiar la posibilidad de destilaciones obligatorias -a cargo de la CEE-, bien sea a principios de temporada, como pide París, o posteriormente, y según las circunstancias, como dice Roma.
Las discusiones, que empezaron el pasado lunes, finalizaron sin ningún acuerdo. Los ministros de Agricultura volverán a reunirse el 31 de marzo.
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