Breznev anuncia la decisión unilateral soviética de congelar la instalación de misiles SS-20 en su territorio europeo

La Unión Soviética ha decidido no instalar más cohetes de alcance medio en las regiones europeas del país, según anunció ayer el líder de la URSS, Leónidas Breznev, en un discurso pronunciado en el palacio de Congresos del Kremlin ante los 5.000 delegados que asisten al 17º Congreso de los Sindicatos.

Breznev anunció también que, "si no se agrava de nuevo la situación internacional", Moscú estaría dispuesto a reducir este año, de forma unilateral, el número de sus misiles de alcance medio.A través de la moratoria unilateral soviética se detiene la sustitución de los viejos cohetes SS-4 y SS-5 por los nuevos SS-20, más poderosos y certeros. El pasado 23 de febrero de 1981, Breznev hizo su primera propuesta de moratoria a cambio de que Occidente se comprometiera a congelar también su arsenal nuclear táctico.

En esta ocasión -y esto es realmente lo novedoso-, Breznev ha decidido iniciar por su cuenta la moratoria, sin esperar una respuesta estadounidense. En meses pasados, el líder soviético había propuesto también un plan de desarme en Europa que comenzaría por la reducción bilateral de dos tercios del arsenal nuclear.

La moratoria, cuyo inicio anunció ayer Breznev, se mantendrá hasta que se alcance algún acuerdo satisfactorio de desarme con Estados Unidos. En el caso de que esto no suceda y Washington comience los preparativos para el despliegue de los euromisiles, Moscú pondría fin a la congelación y reinstalaría los SS-20.

El líder soviético manifestó también que si Estados Unidos decide unirse a la moratoria soviética aplazando la instalación de nuevas armas nucleares en Europa Moscú procedería además a la disminución cuantitativa de sus cohe tes de alcance medio, como ade lantó a cuenta de los acuerdos de desarme que posteriormente se concluyan. Una vez más, Breznev urgió a Washington para reiniciar las conversaciones Salt.

Según estiman algunos observa dores occidentales en la capital soviética, el Kremlín ha tomado esta decisión para tratar de reanimar las conversaciones de desarme de Ginebra, que comenzaron el pasado mes de diciembre y que han proseguido de forma lenta e intermitente y fueron aplazadas ayer.

En círculos occidentales de Moscú se piensa que el hecho de que EE UU haya subrayado en diversas ocasiones su propósito de iniciar la instalación de los euromisiles en la fecha prevista si antes no se han obtenido los oportunos acuerdos ha obligado a los soviéticos a entablar en Ginebra unas negociaciones contra reloj.

La unidad mostrada en la Conferencia de Madrid por los países occidentales -a los que se agregaban incluso circunstancialmente algunos neutrales- ha llevado quizá al Kremlin a reconsiderar sus ofertas para tratar de restaurar prestigio y beneficiarse, si es posible, de las hipotéticas disensiones que puedlan existir entre Europa y Washington.

Por lo demás, en las cuestiones de política interna, Breznev mostró nuevamente su preocupación por los graves problemas alimentarios que sufre su país, destacó la visión leninista y no neutral que debe iluminar a los sindicatos soviéticos y subrayó la necesidad que éstos tienen de desburocratización y reformas, sin explicar cuáles serían éstas.