Tensión en los funerales de Frei por el veto a la asistencia de dirigentes exiliados de la DC
Las autoridades militares chilenas prohibieron el pasado domingo la entrada al país de cuatro dirigentes democristianos exiliados, Andrés Zaldívar, Jaime Castillo, René Fuentealba y Claudio Huepe, que intentaban asistir en Santiago de Chile al funeral del que fuera presidente de la República y máximo dirigente de la Democracia Cristiana chilena, Eduardo Frei, fallecido el pasado viernes aquejado de una dolencia hepática.
La negativa del Gobierno del general Augusto Pinochet a autorizar la entrada de los correligionarios exiliados del ex presidente fallecido, que prosiguieron viaje desde el aeropuerto de Santiago de Chile, provocó una fuerte tensión política en el país y entre las personalidades extranjeras que intentaban asistir ayer a las ceremonias religiosas y a las exequias. Así, el ex presidente del Congreso de los Diputados de España, Fernando Alvarez de Miranda, y el también diputado Luis Vega Escandón, regresaron ayer a Madrid desde Santiago de Chile, tras conocer el veto gubernamental chileno que impidió la asistencia de los dirigentes exiliados a los actos fúnebres.La familia de Eduardo Frei pidió a las autoridades que permitieran la presencia de los líderes exiliados y amenazó al Gobierno con negarse a aceptar la participación de las autoridades en las ceremonias religiosas. Sin embargo, Augusto Pinochet y su Gobierno, así como el cuerpo diplomático acreditado en Santiago de Chile, acudieron a un responso oficiado por el cardenal Raúl Silva Henríquez a puerta cerrada, a mediodía de ayer -cuatro de la tarde, hora de Madrid- en la catedral metropolitana. Dos personas fueron detenidas en las inmediaciones del templo.
Cuatro horas más tarde, el cardenal Silva Henríquez oficiaba otra ceremonia religiosa en el mismo recinto catedralicio, con asistencia de numeroso público, fundamentalmente militantes y simpatizantes de la DC, el partido mayoritario en Chile, y con representantes democristianos de diez países que enviaron delegaciones. Entre éstos se hallaba Rafael Caldera, líder de la DC venezolana, y dirigente de la Unión Demócrata Cristiana Mundial.
Poco después de la ceremonia religiosa, Eduardo Frei fue enterrado en el mausoleo que su familia posee en el cementerio general de Santiago de Chile, en cuya entrada hablaron el líder de la DC chilena, Tomás Reyes; el ex presidente del Senado, Hugo Cepeda, y Rafael Caldera.
La desaparición de Eduardo Frei abre un interrogante dentro del partido democristiano chileno, en cuanto a la sucesión del célebre líder, cuyo ascendiente político era muy elevado.
La tradición "caudillista" de los partidos políticos chilenos convierte en muy difícil esta sucesión, para la cual se barajan los nombres de Tomás Reyes, presidente en funciones del PDC; Radomiro Tomic, ex candidato presidencial; el ex ministro de Asuntos Exteriores Gabriel Valdés, y Andrés Zaldívar, exiliado en España desde hace año y medio.
Para los partidos de la Unidad Popular, la muerte del máximo líder democristiano se ha convertido también en un hecho de gran importancia. Erick Schnake, portavoz del Partido Socialista chileno en España, leyó a EL PAÍS una declaración de su partido en la cual se afirmaba que "la debilidad reformista de derecha de Eduardo Frei y de la mayoría de su partido significó, en su época, uno de los apoyos más sustanciales a las fuerzas nacionales y extranjeras que se confabularon para liquidar la democracia y el socialismo en Chile, liderado por Salvador Allende".
Más adelante, la nota socialista agrega que "el tiempo y la represión" transformaron a Eduardo Frei "en un importante factor de la lucha por la democracia, y la muerte le sorprendió cuando ese camino aún no se había consolidado". La nota finalizaba con la afirmación de que, "por lo que ahora significaba para los chilenos, los socialistas lamentamos su muerte".
Para Néstor Vázquez, del PC chileno, que resaltó el papel opositor de Frei, "a partir de ahora puede abrirse un cauce al entendimiento entre toda la oposición".
Camilo Salvo, portavoz del Partido Radical en Madrid, dijo ayer a EL PAÍS que la muerte de Frei "puede implicar el desbloqueo del proceso de aproximación entre la Democracia Cristiana y los partidos de la Unidad Popular, con el subsiguiente fortalecimiento conjunto de la oposición antidictatorial al régimen chileno".
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