Aprobadas las cuentas del festival de Sevilla
Alfonso Eduardo Pérez Orozco ha sido confirmado provisionalmente como director del Festival Internacional de Cine de Sevilla por el comité ejecutivo del certamen, siendo aprobada su gestión y las cuentas relativas a la segunda edicion, que se saldó con un déficit de casi cinco millones de pesetas. El comité decidió constituir un patronato o una fundación que garanticen el futuro del festival y decidan quién será el director de la tercera edición.
La continuidad, aunque sea temporal, de Pérez Orozco se produce sorprendentemente después de la agria polémica mantenida en público en los últimos días entre él y el presidente de la Diputación provincial -principal sostén financlero del festival-, Manuel del Valle, sobre el desarrollo de la segunda edición, celebrada en octubre de 1981.
La única interpretación plausible de esta decisión hay que buscarla en la entrevista sostenida el martes por Del Valle y la ministra de Cultura, Soledad Becerril, cuyo contenido exacto se desconoce. Cabe pensar que la ministra ha frenado los intentos de la diputación por convertirse en protagonista máxima del certamen, o bien que Manuel del Valle -que ya tenía su propio candidato a la dirección, el extremeño José Luis G. Maesso, según adelantó este periódico- ha aplazado su operación hasta la constitución definitiva del patronato.
La composición de la comisión que habrá de presentar un proyecto de patronato o de fundación en la primera decena de febrero parece confirmar estas hipótesis. La comisión estará compuesta, en un delicado equilibrio, por Gabriel Bascones, delegado provincial de Cultura, Diego Limón, presidente de Cultura Viva -organización vinculada a UCD-, Amparo Rubiales, vicepresidenta de la Diputación y militante del PCE, y Miguel Angel González de la Puente, portavoz del PSA en el Ayuntamiento de Sevilla.
Un voto de confianza
En una tensa reunión del comité ejecutivo celebrada la semana pasada, Del Valle se había negado rotundamente a aprobar la gestión y las cuentas del segundo festival y a otorgar un voto de confianza a Alfonso Eduardo Pérez Orozco, a quien pretendía responsabilizar en buena parte de las deficiencias organizativas y la mediocre calidad artística del mismo. Este, por su parte, acusó al presidente de la Diputación, "que tiene unos conocimientos cinematográficos de escuela primaria", de intentar politizar el certamen, mentir y querer comprar imagen con dinero público, al tiempo que justificaba su propia actuación, indicando que tanto el coste por invitado como el coste global del festival de octubre de 1981, han sido mucho menores que los de otros festivales de relieve internacional."Pesa mucho", indicó Pérez Orozco, "la amargura de un amigo que falla, la desconfianza de un representante del pueblo que miente y la desilusión de un sevillano que siente cómo intentan desvirtuar su imagen y jugar con su futuro y su prestigio profesional".
Babelia
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