La Cruz Roja sueca califica de "dramática" la carencia de productos alimenticios y sanitarios

"Aunque resulte difícil de creer, la situación alimenticia en algunas regiones de Polonia, país europeo e industrializado, es casi equiparable a la que prevalece en Somalia u otros países en los que abundan los refugiados", asegura Anders Wijksman, secretario general de la Cruz Roja sueca.

Anders Wijksman, que pasó 72 horas en Polonia para organizar, conjuntamente con la Cruz Roja local y la Iglesia, el envío de caravanas motorizadas con alimentos y medicinas, mantuvo en la madrugada del domingo, a bordo del transbordador que une el puerto polaco de Swinoujscie con el sueco de Ystad, una larga conversación con un reducido grupo de periodistas."El abastecimiento", añade el secretario general de la Cruz Roja sueca, "mejoró algo en los días posteriores a la toma del poder por los militares, porque se pusieron en venta algunas reservas alimenticias, se detuvo a numerosos especuladores que vendían en el mercado negro y la gente que almacenó comida salía poco a comprar, pero ahora es de nuevo dramático.

Hasta las patatas, que antes nunca faltaron y que Polonia llegó incluso a exportar, escasean".

Anna, una ciudadana polaca residente en Gotemburgo (Suecia), agrega: "Hoy, por ejemplo, sólo se encontraba en Swinoujscie pan, algunos embutidos y pitillos; en Bydgosz, de donde vengo, las estanterías de las tiendas de ultramarinos estaban absolutamente vacías".

Anders Wijksman se muestra también preocupado por la situación sanitaria de un país cuyos habitantes no disponen de suficientes calorías diarias como para gozar de una salud resistente.

"Las farmacias carecen de todo", afirma, "y en los hospitales falta penicilina, cortisona y analgésicos',.

El responsable de la Cruz Roja se declara inquieto ante el "impresionante deterioro de las condiciones higiénicas" en el país, privado de jabón y desinfectantes.

"Si no estuviésemos en invierno se darían probablemente las condiciones para la propagación de epidemias, y aun así, me han señalado brotes de una especie de paratifus, especialmente en el norte de Polonia".

Preguntado sobre las garantías que tiene de que sus caravanas de abastecimiento lleguen a buen puerto, Anders Wijksman contesta que 1a Cruz Roja polaca trabaja con independencia, y la Iglesia, ni que decir tiene". Además, prosigue, "ahora estamos poniendo en pie un proyecto que no puede ser utilizado para otros fines: el envío masivo de alimentos infantiles, empezando por la leche y las papillas".

En apoyo a sus peticiones de ayudas, los responsables de las organizaciones humanitarias citan algunas estadísticas oficiales sobre la crisis económica polaca: la producción de carbón bajó un 20% en los últimos doce meses, el número de cabezas de ganado disminuyó un 4% o un 5% desde hace un año, la cosecha de cereales experimentó un descenso similar, el porcentaje de autoabastecimiento en trigo pasó del 75% en 1972 a un 50% en 1980 y el déficit del comercio exterior agrícola casi se cuadruplicó en cinco años, para alcanzar los 908 millones de dólares en 1979.

Lo único que no escasea", ironiza uno de los transportistas voluntarios de alimentos, "son los árboles de Navidad, que, por cierto, la gente tiene todavía ánimos de comprar".