Los esmaltes recuperados de San Miguel de Aralar, expuestos al público en Pamplona

Los esmaltes del retablo de San Miguel de Aralar recuperados en Roma están expuestos desde ayer en la sala 31 del Museo de Navarra -una cámara acorazada, dotada de un sistema de alta seguridad-, en donde pueden ser visitados por el público. Los esmaltes llegaron a Pamplona en tres maletas samsonite, de color rojo, que hicieron el viaje en el coche oficial del presidente de la Diputación Foral de Navarra, escoltado por otros cinco vehículos.Por el momento, únicamente queda por recuperar dos medallones y las figuras de un apóstol y un rey mago, si bien, como señaló Juan Manuel Arza, presidente de la Diputación Foral de Navarra, durante una conferencia de Prensa celebrada a última hora de la noche del viernes, «la policía italiana tiene pistas solventes, que podrían conducir a recuperar las cuatro piezas que faltan». El viaje de las tres maletas que contenían lajs piezas recuperadas en Roma fue, no obstante, el último capítulo del rocambolesco robo producido en la noche del 25 al 26 de octubre de 1979, según pudo saber EL PAIS.

La última anécdota de los esmaltes robados la relató Juan Manuel Arza durante la conferencia de Prensa. «Como ya es sábado, siempre que la imagen de San Miguel de Aralar llega a Pamplona, suele llover. Pues bien», indicó Arza, « nada más aterrizar el avión de Roma que traía los esmaltes del santuario de San Miguel, comenzó a llover en Madrid, cosa que no sucedía desde hace más de tres semanas. La lluvia nos ha acompañado desde Madrid hasta el límite justo de Navarra. Al llegar aquí ha dejado de llover».

La polémica que se plantea ahora en Pamplona está en torno a la ubicación definitiva del retablo, que deberá ser restaurado en el Museo de Navarra. Para el presidente de la Diputación Foral, el retablo, al menos por el momento, debe quedar instalado y expuesto al público en el Museo de Navarra, hasta que el arzobispado, dueño legítimo de esta obra de arte, decida su definitiva ubicación. Sin embargo, otros lectores se han mostrado partidarios de que el retablo vuelva a San Miguel de Aralar, pero con un sistema de seguridad que impida una nueva expoliación del santuario. De momento, y hasta que no se recuperen las cuatro piezas que faltan, los esmaltes permanecerán en el Museo de Navarra, para que puedan ser vistos por el público.

Hasta 1979, el más famoso de los numerosos robos en el santuario de San Miguel de Aralar se produjo en 1797, concretamente el 11 de mayo. Siete bajonavarros del País Vasco francés, haciéndose pasar por carboneros, robaron cálices, copones, utensilios varios y la imagen de san Miguel de Aralar, que quedó rota en tres partes. Después de ser capturados, tres de ellos fueron ahorcados en Pamplona, el 29 de mayo de 1800. Sus manos fueron expuestas en el lugar del robo, según lo prescrito por la ley.