Intelectuales en Cuba
Verdaderamente ha sido conmovedora la crónica desde La Habana sobre el encuentro de intelectuales "por la soberanía de los pueblos de nuestra América" (EL PAIS, 8 de septiembre). ¡Pero si es como en los viejos y felices sesenta! Aquellos tiempos en que todo intelectual comprometido hacía su peregrinación a La Habana para poner su granito de arena en la lucha contra el imperialismo yanqui y comprobar cómo el hombre nuevo se hacía un mocito.Es reconfortante saber que aún existen intelectuales que apoyan la lucha de los países latinoamericanos por defender su soberanía frente a la dominación extranjera. Lo extraño es que no parezca preocuparles el caso de Cuba, que se sacudió la dependencia norteamericana sólo para hipotecar su soberanía a la URS S. Como también sorprende que se declaren dispuestos a defender "la verdad, la justicia y la belleza", siendo huéspedes de un régimén donde no hay más verdad que la definida por la Prensa oficial, donde la justicia es sustituida por el criterio del partido único, y la belleza, sometida a la criba de la censura.
Se comprende que uno de los poetas comisarios del castrismo dijera en el encuentro: "Debemos dejar de lado cualquier ideología que nos separe. Es bastante ya que esta declaración salga de La Habana". A efectos propagandísticos, desde luego. Pero si se quiere hacer algo efectivo, estos intelectuales no deberían concentrar sólo su esfuerzo contra el imperialismo yanqui y las dictaduras militares, que no les ven con simpatía. Podrían empezar a ejercer sus buenos oficios para dulcificar la dictadura castrista, donde su influencia será más eficaz. Los intelectuales cubanos que siguen en prisión y el pueblo cubano en general les quedarían eternamente agradecidos./
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