El Reino Unido busca nuevos depósitos para sus residuos radiactivos

La gran cantidad de residuos radiactivos producidos en las plantas nucleares y de reproceso están siendo un problema para la industria nuclear británica, que se ve obligada a buscar nuevos basureros atómicos subterráneos, según se reveló ayer al presentarse la memoria anual de la Autoridad para la Energía Nuclear en el Reino Unido.

Durante 1980, el Reino Unido fue el país europeo que mayor cantidad de desecho nuclear arrojó al mar: 2.500 toneladas de residuo, radiactivamente bajo, de las cuales más de 2.000 toneladas corresponden al peso de los envases de acero inoxidable reforzado.

Estos vertidos radiactivos al mar son legales, pero la industria nuclear británica está produciendo una gran cantidad de residuos de medio y alto nivel de radiactividad que no pueden ser arrojados al mar, según los convenios internacionales. La solución para los primeres, los de índice de radiactividad intermedio, es enterrarlos a gran profundidad. Parte de este material se entierra ahora en Drigg (Cumbria), cerca de una de las principales centrales nucleares del país.

Mayor preocupación producen los residuos con alto índice de radiactividad, para los que no se ha encontrado hasta ahora un destino seguro y definitivo. El Reino Unido está almacenando estos residuos, altamente contaminantes, junto a sus centrales nucleares, a la espera de que en un futuro más o menos inmediato se descubra una forma de anular sus efectos. Pero el nivel de almacenamiento está llegando ya a cotas altas.

Los científicos estudian la forma mejor para proceder a la solidificación o vitrificación de los residuos líquidos, y diversos sistemas se están probando, pero la investigación es lenta y costosa, los resultados son por ahora pocos.