Renace el sentimiento antinorteamericano en la RFA
La decisión del Gobierno norteamericano de fabricar la bomba de neutrones no contribuirá a apaciguar el sentimiento antinorteamericano que se extiende por la República Federal de AlemaniaEl fenómeno tiene ahora componentes diversos de la ola de "antiamericanismo" de los años 60, a raíz de la guerra de Vietnam.
Los matices ideológicos y morales que impulsaron aquella protesta han dado paso al temor visceral ante la posibilidad de un conflicto bélico en Europa que tendría dimensiones nucleares y sería definitivo.
Este temor lo alimentan algunos datos, como los proporcionados recientemente por el semanario
A alemán Der Spiegel, que afirmó que un 50% del potencial nuclear norteamericano está almacenado y dispuesto para ser utilizado en cualquier momento sobre territorio alemán federal, país cuya superficie no llega al 3% de la de Estados Unidos.
El sentimiento de tener sobre sus cabezas una "espada de Damocles" nuclear mueve a diversos políticos socialdemócratas, así como a algunos de sus aliados liberales, a solicitar a EE UU que los nuevos misiles destinados a Europa se instalen en submarinos y no en tierra firme, cuando no exigen llanamente que se anule el acuerdo sobre despliegue de los llamados euromisiles Pershing 2 y Cruise.
Su opinión la basan en que la RFA no tendría control alguno sobre estas armas instaladas en su propio suelo y el lanzamiento de las mismas provocaría una respuesta inmediata y aniquiladora por parte de la Unión Soviética.
Aquellos que prefieren una solución intermedia y se muestran partidarios de la instalación en submarinos de los euromisiles han visto fortalecida su opinión por la decisión de Washington de instalar los nuevos misiles "MX" a bordo de aviones.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
