La Unión Soviética se declara dispuesta a fabricar también la bomba de neutrones
Los soviéticos parecen haber recogido el reto estadounidense y se muestran dispuestos a fabricar también la bomba de neutrones. Entre tanto, la Prensa moscovita seguía dedicando ayer la mayor parte de su espacio a este mismo tema, recogiendo, con cierta satisfacción, las estupefactas reacciones de algunos países europeos.
Los dirigentes soviéticos siguen guardando silencio, pero sus periódicos continúan lanzando furibundas reacciones. Ayer, el órgano del Ejército soviético, el matutino Estrella Roja, afirmaba que el propósito de Estados Unidos de adelantar militarmente a la URSS es un "objetivo irrealizable". "Los estrategas norteamericanos", afirmaba también, "se equivocan al pensar que "sólo Estados Unidos puede producir la bomba de neutrones".Muchos de los argumentos utilizados estos días por la Prensa soviética parecen recogidos -aunque sin citar las fuentes- de discursos oficiales de hace tres años, cuando Jimmy Carter decidió no seguir avanzando en la puesta al día del arma neutrónica.
Esto hace pensar que la política soviética al respecto no ha cambiado desde entonces y que las palabras pronunciadas por Leónidas Breznev en abril de 1978 siguen vigentes en los planteamientos del Kremlin. "No comenzaremos la fabricación de la bomba de neutrones si Estados Unidos renuncia a ello. Lo que vaya a suceder más adelante depende de Washington", dijo entonces el líder soviético en un discurso dirigido al Komsomol Ouventudes comunistas).
La ciencia soviética puede fabricar cualquier arma
La deducción hecha por los observadores occidentales en Moscú parece unánime: el Kremlin está dispuesto a realizar sus propósitos de no quedarse rezagado en la carrera armamentista y también llevará a cabo la construcción de la bomba de neutrones, de la cual ya hicieron pruebas los soviéticos hace más de tres años.
El ministro de Defensa de la URSS, Dimitri Ustinov, avanzó hace tiempo su punto de vista sobre el tema: "La economía, la ciencia y la técnica de nuestro país", dijo, "pueden asegurar la fabricación de cualquier arma".
Dado que la decisión de la Casa Blanca es irreversible, los soviéticos tratan, al menos, de que la bomba de neutrones no sea desplegada fuera de las fronteras estadounidenses.
El lunes por la noche, la agencia Tass mostraba su inquietud por la satisfacción con la que China recogió la noticia, y daba a entender que el arma neutrónica podría ser facilitada a los chinos, en el marco de la ayuda militar que la Administración Reagan se ha comprometido a prestar al Gobierno de Pekín.
Moscú parece esperar que la decisión del presidente norteamericano -hecha pública sin la previa consulta de sus aliados- aumente las distancias ya existentes entre Estados Unidos y Europa. La agencia Tass ha afirmado que, en realidad, Washington nunca interrumpió la fabricación de la bomba y que lo que ahora ha hecho ha sido simplemente romper su silencio, sorprendiendo así a los demás miembros de la OTAN.
Los soviéticos tratan nuevamente de presentar a Estados Unidos como un aliado poco fiable para Europa. En este sentido, la Prensa soviética se apresuró a advertir que si los europeos se deciden a desplegar los euromisiles (Cruise y Pershing 2) no podrán negarse ya a instalar también la bomba de neutrones.
Así, los reparos puestos a la fabricación del arma neutrónica por los países del norte de Europa han sido recogidos con amplitud y satisfacción por la Prensa soviética.
Ayer tarde, Izvestia se hacía eco del malestar expresado por la opinión pública germana occidental y concluía con evidente contento que "la decisión del presidente Reagan muestra que Estados Unidos es capaz de precipitar a sus aliados a los abismos de un conflicto sin tan siquiera prevenirles de los riesgos que corren".
Las reacciones contrarias se han sucedido en las últimas horas entre los aliados de la URSS, caso de Bulgaria, Hungría y Rumania. Los órganos informativos de los dos primeros países insisten en el deseo de EE UU, al fabricar el arma neutrónica, de buscar la superioridad militar de la OTAN frente al Pacto de Varsovia y responde a la "política agresiva del imperialismo norteamericano".
Para los comunistas rumanos, a través de su periódico Scinteia, la decisión estadounidense es "rechazable", y sirve para complicar aún más Ias deterioradas relaciones internacionales" y resulta negativa "para la paz y el desarme".
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