Viola se dispone a tomar medidas urgentes para enderezar la economía argentina
El teniente general Viola ha inaugurado su etapa de gobierno con el cierre del mercado de cambios por veinticuatro horas, en tanto ultima con su equipo económico un paquete de medidas urgentes que, casi con seguridad, debe incluir alguna devaluación del peso argentino.
La expectación que no hubo ante su toma de posesión el domingo la había ayer ante el mensaje que a las nueve de la noche -dos de la madrugada en Madrid- iba a dirigir al país. Se esperaba que en su alocución radio televis ad a explicase los objetivos de su Gobierno y, muy especialmente, los proyectos económicos.Otra cuestión que aguarda el pronunciamiento del nuevo presidente es la de los desaparecidos. Las madres de la plaza de Mayo hicieron insertar el domingo en la Prensa local un espacio publicitario en el que piden a Viola que aclare la situación de los detenidos desaparecidos. «El silencio», dice, «no será una respuesta, ni el tiempo cerrará las heridas».
Otro anuncio pagado en los periódicos de ayer insistía en el mismo tema. Quinientas personalidades, entre las que figuraba el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y escritores como Jorge Luis Borges y Ernesto Sábato, piden que cese la persecución, que aparezcan con vida las personas desaparecidas, que se restituya la libertad a los detenidos políticos y que se ponga fin a toda limitación de las libertades de expresión, reunión y acceso a la cultura.
Un programa de apertura difícilmente realizable, al menos a corto plazo, por el teniente general Roberto Viola, que el domingo asumió la Presidencia argentina en una austera ceremonia militar de siete minutos, en medio de un protecolo que no hizo sino acentuar el carácter castrense del acto.
Dos horas después de esta ceremonia, al mediodía, Roberto Viola tornaba juramen to en la Casa Rosada a los trece miembros de su Crobierno, siete civiles y seis militares -dos por cada Ejército-. Ninguno de los ministros de Videla forma parte del nuevo Gabinete, en la el que hay una mayor presencia civil. El cambio más significativo se ha registrado en Relaciones Exteriores, departamento ocupado tradicionalmente por un marino y ahora en manos del diplomático Oscar Camilion, procedente de las filas del Partido Desarrollista, de Frondizi.
No obstante, los dos hombres clave del nuevo Gobierno serán los ministros de Interior, general Horaci Liendo, y de Economía, Lorenzo Sigaut. Al primero le corresponden temas como los desaparecidos, el diálogo político y el estatuto de los partidos, que debe estar redactado para finales de año.
El titular de Economía recibe de su antecesor una difícil herencia: un país endeudado, un sistema financiero caótico -hasta un banco oficial, el del Chaco, pidió la semana pasada la intervención del Gobierno- y una industria que cada semana conoce nuevas quiebras y despidos.
La deuda externa se aproxima a los 30.000 millones de dólares, de los que 12.000 millones corresponden a créditos del pasado año. Lo inexplicable es queno ha habido ni un equipamiento industrial ni obras de infraestructura.
Entre amortizaciones e intereses, Argentina deberá pagar este año unos 9.000 millones de dólares, más que el monto total de sus exportaciones.
