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La democracia no ha acabado aún con los hábitos autoritarios de la dictadura

Conferencia del profesor Ramírez Jiménez en la inauguración del ciclo sobre cultura en el franquismo

Con una conferencia sobre Las fases ideológicas del régimen de Franco, el profesor Manuel Ramírez Jiménez, catedrático de Derecho Político de la Universidad de Zaragoza, inauguró el jueves pasado el curso que sobre distintos aspectos del franquismo se desarrollará hasta finales de mayo en el Colegio Mayor Santa María del Espíritu Santo.El próximo conferenciante será Enrique Tierno Galván, socialista y actual alcalde de Madrid, que hablará sobre Los objetivos ideológicos de la educación en el franquismo, el día 2 de abril. Una de las conclusiones que pueden sacarse de la conferencia inaugural es que el régimen democrático no ha acabado aún con los hábitos autoritarios que en el pueblo español impuso la dictadura franquista.

«Hay que educar a la gente en la democracia, porque el demócrata no nace, se hace», dice el profesor Ramirez Jiménez. Y añade: «Esta será la única forma de ir desterran-do, los grandes porcentajes de mentalidad autoritaria que han quedado en nuestro pueblo».

Poco antes, Ramírez Jiménez había explicado a un público de universitarios que todo régimen Político utiliza la ideología para legitimarse, «porque a la larga nadie puede imponer eternamente sus ideas por la fuetza. Se.trata siempre de conseguir que el pueblo asuma los valores que interesan a la clase dominante, porque ésta es la única forma de que un régimen tenga posibilidades de futuro». Para el profesor «no son sólo los regímenes totalitarios los que se empeñan en difundir su ideología, sino que también lo hacen -y deben hacerlo- las democracias. La esencia del diálogo, el pluralismo, el sistema electivo, son valores que uña sociedad democrática tiene que difundir, porque si no el texto constitucional no tendrá vida ni vigor».

El catedrático de Derecho Político explicó-después que el mandato de Franco se puede dividiren dos grandes etapas. La primera, hasta mediados de los años sesenta se caracterizó por el nacionalismo exacerbado, antiliberalismo y antimasonería obsesivos, alianza trono-altar, concepción jerárquica de la vida y unitaria de la política y la economía, y apelación a la hispanidad. «Durante estos años, los vencedores -capital, terratenientes, burguesía conservadora y sectores integristas católicos- acudieron a las fuentes de estos últimos y de los falangistas para apoyarse en su ideología. De este modo, la ideología del poder no era exactamente suya, y los qué habían dado las ideas no disfrutaron del poder más que parcialmente».

En una segunda etapa, desde mediados de los sesenta hasta la desaparición de Franco, «etapa del tecno-franquismo o franquismo tecnocrático», dice Ramírez Jiménez, «se arrumbó a los ideólogos de los primeros años, aunque sólo parcialmente, y fueron sustituidos por los nuevos iluminados, los ideólogos de la no ideología. Es la época del desarrollo como panacea, del consumo como conducta, de los expertos y ejecutivos como conductores de la vida política, de la movilidad social de la gente sana que no se deja atraparpor la lucha de clases, como se decía, y, del europeismo como apelación y ejemplo. Las democracias europeas dejaron de ser calificadas sistemáticamente de nefastas, pero siguió diciéndose que a nosotros no nos iban. Había,que competir y consumir como en Europa, pero seguía siendo impensable hacer la política como los europeos».

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