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Falleció el autor de "Un hombre que se parecía a Orestes"

El escritor gallego Alvaro Cunqueiro sera enterrado hoy en Mondoñedo (Lugo), su pueblo natal

Poco después de las cinco de la madrugada de ayer falleció el escritor Alvaro Cunqueiro, a los setenta años de edad, mientras era trasladado desde la residencia sanitaria Almirante Vierna, de Vigo, su pueblo natal, a Mondoñedo, donde mantenía la casa de sus padres y en la que sigue viviendo su hermana Carmen, con la que se sentía muy unido.Alvaro Cunqueiro, quien últimamente preparaba dos novelas, había sido desahuciado hace unos meses, como consecuencia de un largo proceso en el que se unían una diabetes y una insuficiencia renal, que le obligaba a un tratamiento de hemodiálisis cada dos días.

Como consecuencia de una rozadura en un pie, en septiembre del año pasado, complicada por el proceso diabético que padecía, se vio obligado a permanecer casi dos meses internado en la clínica Puetta de Hierro, de Madrid. Cunqueiro vivía desde hace más de veinte años en Vigo, en la soledad de un piso en el centro de la ciudad y cerca de su hijo César, notario en la vecina villa de Porriño. Su otro hijo, Alvaro, ingeniero nuclear, vive actualmente en Estados Unidos. Los dos hijos de Cunqueiro vivieron algún tiempo con él en su piso de Vigo, hasta que hace algunos años sus profesiones los separaron físicamente.

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Sobre las cuatro de la tarde del viernes, Alvaro Cunqueiro fue trasladado a la residencia Almirante Vierna, aquejado de una neumonía, que luego se complicaría en la unidad de vigilancia intensiva con una insuficiencia cardíaca mixta, que se presentó sobre las cuatro de la madrugada siguiente. En aquellos momentos estaba siendo atendido por un nefrólogo, un internista y el especialista de guardia de la UVI. Al presentarse las complicaciones y entrar el paciente en estado crítico, fueron avisados sus familiares, quienes decidieron trasladarlo a Mondoñedo en ambulancia. Alvaro Cunqueiro, que inició el viaje en estado preagónico, no llegó con vida a su pueblo natal. Profesional del periodismo, su última relación con el trabajo diario en los medios de comunicación fue como director de El Faro de Vigo, donde continuó colaborando después de que en 1970 dejara el cargo. Desde entonces no perdió nunca contacto con los medios de comunicación, en los que se había iniciado como redactor de Abc al terminar la guerra civil.

Ya consagrado como uno de los más notables poetas del siglo XX, tal como lo definía ayer mismo el catedrático y escritor Méndez Ferrín, como un prosista excepcional en gallego y en castellano, Alvaro Cunqueiro recibió últimamente una serie de homenajes, que llegaron incluso a acumularse ante la evidencia de que su fallecimiento era algo próximo.

Entre esos homenajes, el que le tributó la Universidad de Santiago fue especialmente emocionante, aunque en el transcurso del mismo Cunqueiro presenció una demostración estudiantil que logró entristecerle por lo inmerecida.

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