El jefe del Estado soviético propone un diálogo con Estados Unidos "al más alto nivel"
Breznev insistió ayer en la necesidad de la distensión e hizo una serie de nuevas propuestas concretas a los países occidentales para avanzar en el tema del desarme. En su lectura del informe del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), Leónidas Breznev -jefe de Estado de la URSS y secretario general del PCUS- trazó un balance negativo de las relaciones con EE UU durante los últimos cinco años, dando especial importancia al «bloqueo de la entrada en vigor del tratado SALT ll», sobre reducción de armamentos.
El informe del Comité Central hacía sólo una breve alusión a la tensa guerra de declaraciones entablada desde que Ronald Reagan llegó a la Casa Blanca. «Quisiéramos confiar, pese a todo», dijo Breznev, «que quienes hoy determinan la política de Norteamérica sabrán, a fin de cuentas, mirar las cosas con criterios más realistas».Después de insistir en la, necesidad del desarme y negar la superioridad militar de la URSS, el jefe del Estado soviético proponía entablar un diálogo activo al más alto nivel.
De nuevo se hacía referencia a las propuestas soviéticas para desmilitarizar el golfo Pérsico «y otros océanos del mundo», y se invitaba a la celebración de una conferencia para «discutir y resolver los problemas de la distensión militar y del desarme en Europa ».
«Quisiéramos, en particular», se decía en el informe, «que los participantes en la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) se comprometan a no ser los primeros en utilizar armas nucleares ni armamentos clásicos, unos contra otros, a no ampliar los bloques militares existentes en Europa y a no formar otros nuevos».
Entre las nuevas propuestas para la distensión, Breznev ofreció extender «a toda la parte europea de la URSS» las decisiones de la CSCE de Helsinki sobre medidas de confianza (notificación previa de maniobras militares de las tropas terrestres e invitación a ellas de observadores de otros países). Este ofrecimiento soviético se hace a cambio de la « correspondiente ampliación de medidas de confianza por parte de los Estados occidentales». El jefe del Estado soviético reiteró su propuesta anterior de notificar además las maniobras de fuerzas navales y aéreas.
Igualmente se ofreció a negociar con China, Japón y Estados Unidos la extensión a Extremo Oriente de estas medidas de confianza, y dijo que la URSS está dispuesta a participar en negociaciones de paz para Oriente Próximo, siempre que en ellas participen la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) e Israel.
El líder soviético aceptó las propuestas occidentales de discutir el tema de Afganistán junto a los problemas de seguridad en el golfo Pérsico, invitó a EE UU a volver a negociar la limitación de armamentos estratégicos, se mostró dispuesto a llegar a un acuerdo para la limitación del despliegue de los nuevos submarinos Ohio, y sus equivalentes soviéticos, así como a prohibirse mutuamente -junto con Washington- la modernización de los cohetes instalados en tales naves y la creación de otros nuevos, propuso negociar una moratoria para el emplazamiento de cohetes nucleares de alcance medio en los países de la OTAN y en la URSS, y sugirió la creación de «un prestigioso comité internacional que muestre la necesidad vital de impedir una hecatombe nuclear».
Por último -y dentro del mismo capítulo-, se ofreció también a participar en una sesión al máximo nivel de los países que integran el Consejo de Seguridad de la ONU.
Optimismo en Europa
El balance trazado sobre las relaciones con los países europeos fue más optimista que el esbozado en relación con Estados Unidos. «En el continente europeo, a pesar de los esfuerzos de los enemigos de la distensión, no se desarrolla mal, en general, la colaboración pacífica entre los países de los dos sistemas», dijo Breznev.
Después de criticar «la decisión de la OTAN de instalar en Europa occidental nuevos misiles nucleares norteamericanos », el informe del Comité Central proponía entablar nuevas negociaciones para estudiar los problemas europeos.
El líder soviético destacó especialmente las relaciones con Francla y la República Federal de Alemania. A España se le dedicaba una pequeña frase, después de hacer mención a Finlandia, Italia, Turquía, Grecia, Austria, Suecia, Bélgica y Chipre, pero antes de citar al Reino Unido.
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