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Samuel Fuller: "La guerra es el insulto número uno a la Humanidad"

Rosa Rivas

Ha vivido los avatares de la segunda guerra mundial. Le han herido y condecorado dos veces -«la medalla se la merece más el enemigo que consigue dar en el blanco,»-. Odia a los políticos y a todos los que especulan con la guerra, al tiempo que dicen rechazarla. Le asusta que le consideren maestro, pero estudiantes y cinéfilos acuden a los platós para presenciar su forma especial de rodar. Ha hecho películas de violencia, acción y frenesí. Películas del Oeste, sobre el hampa y la delincuencia, sobre la tensión del gran mundo periodístico, sobre la problemática de la guerra. Ha viajado mucho. Y dice que mentalmente es vago y que es «pacifista mil por cien». Ahora estrena en España una película de guerra sin héroes.

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Un pasado bélico

«The Big Red One era la continuación de una gloriosa división de infantería que combatió en la revolución americana. Yo había sido seleccionado junto con 299 reclutas, que también iban a tener el honor de hacer la guerra en un batallón histórico, y en los libros, realmente, las historias de soldados resultaban apasionantes, pero aquello era otra cosa. Cada vez que tenía que disparar pensaba: "¿Me darán por la espalda, lograré salvar mi trasero?", suelta Samuel Fuller como un torrente. Porque violento o no -el autor no tiene por qué coincidir con la obra producida-, lo que sí resulta es superactivo».Como preludio a una entrevista en la que inevitablemente se va a hablar sobre la guerra y sus derivaciones, el director norteamericano libra su pequeña batalla particular por un prosaico asunto: no encuentra en el estanco cercano los habanos Churchill, que él acostumbra a fumar. Tienen que ser éstos y no otros. «Es que ahora, en Estados Unidos, no se puede encontrar tabaco cubano», comenta lastimero. Y mientras, un «enviado especial tabaquero» busca y busca.

El director decide que beberá -beberemos- champaña, «que también es un placer». Y más acompañada con cacahuetes Por fin le traen los puros, y mientras fuma, bebe o come, vuelca su torrente de palabras: «¿Carter?» mirada aviesa a los cacahuetes. «Es uno de los actores de esa gran comedia musical que podría montar se sobre la política en EE UU. Posiblemente ganará, porque Reagan siempre ha sido un mal actor».

Explica que él es pacifista y que odia a todos «los que se enriquecen a costa de la guerra, mientras enar bolan la bandera de la paz». Por que hay muchos en el asunto «Unos quieren ganar heroísmo o prestigio; otros, trabajo, si no lo tienen, y la guerra hace que au mente desde la producción de ar mamento hasta la industria del cine o del disco. Resulta un negocio. Si realmente la gente despreciara la guerra, no combatirla».

La película que ahora estrena en España es autobiográfica. Fue exhibida en el último festival de Cannes; la presentará en Madrid, y luego, en Barcelona y en Londres. Su título en castellano es Uno rojo, división de choque. Fuller, ha tardado 35 años en filmar las imágenes que se le grabaron en el cerebro mientras combatía en esa división. «Pero no es un filme propagandístico. No me interesa animar a nadie para que adquiera conciencia bélica. Y es curioso», recuerda la reacción que ha tenido el filme en su país, «que el hijo del general Patton me comentó: "Viendo esto, habrá todavía menos jóvenes que quieran alistarse en el Ejército"». Entonces, como la guerra no le interesa, ha decidido mostrar cómo altera los ánimos de los combatientes, con qué miseria se deben topar. «El único héroe es quien logra sobrevivir. Eso ya es bastante», dice.

Periodista «gracias a la madre de John Huston, una mujer increible», y vocacional director de cine, es muy exigente con quienes trabajan a su lado. Le gusta provocara los actores, ensayar muchas veces, sacarles la tensión, hacer que se olviden que ruedan y que hay cámaras, y cuando ya han alcanzado la situación límite, comenzar las tomas que luego se utilizarán en la película.

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Sobre la firma

Rosa Rivas
Periodista vinculada a EL PAÍS desde 1981. Premio Nacional de Gastronomía 2010. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense. Master en Periodismo Audiovisual por Boston University gracias a una Beca Fulbright. Autora del libro 'Felicidad. Carme Ruscalleda'. Ha colaborado con RTVE, Canal +, CBS Boston y FoolMagazine.

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