Un "pasillo" estratégico de sesenta kilómetros de ancho
El estrecho de Ormuz, que controla la entrada del golfo Pérsico, al que une con el mar de Omán y el océano Indico, es especialmente vulnerable debido a su anchura -unos sesenta kilómetros- y a su profundidad, que no sobrepasa los sesenta metros.Situado entre Irán y el sultanato de Omán, este estrecho pasillo está salpicado de islas desérticas, prácticamente deshabitadas, pero de gran valor estratégico: las islas iraníes de Ormuz y las de Qishm y Larak, frente a la costa iraní de Bandar-Abbas.
La costa de Omán, en Ras Massendam, forma un ángulo que apunta hacia Irán, y ha quedado separado del resto del territorio del sultanato por una zona que pertenece a los Emiratos Arabes Unidos.
Las tres islas del estrecho de Ormuz, situadasjunto al litoral de los emiratos -la Gran Tumba, la Pequeña Tumba y Abou Mussa-, son un punto clave de observación sobre las zonas costeras de todos los países del golfo.
Estos territorios, iraníes antes de la ocupación británica (desde finales del siglo pasado hasta 1971), quedaron distribuidos entre los emiratos, pero Irán los reivindica como antigua posesión suya, y ocupó militarmente las islas el 30 de noviembre de 1971.
Irak, que por aquel entonces había roto relaciones con Teherán, pidió, el pasado abril, la evacuación inmediata de las tres islas.
Por otra parte, el estrecho, única salida al mar de los países del golfo, juega un papel vital en el tráfico petrolero: el 50% del tráfico mundial, más del 60% del aprovisionamiento europeo, pasa por Ormuz, estrecho que es cruzado por un petrolero cada diez minutos.
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