Presentación del libro "Comer en Asturias"
Juan Cueto presentó en Oviedo el libro titulado Comer en Asturias (Dédalo Ediciones), de Eduardo Méndez Riestra, «un don Quijote para los caminos y un Sancho Panza para las posadas», según el prologuista.
El libro está estructurado en tres partes: en la primera, el autor hace un poco de historia, expone el carácter y la cocina de los asturianos, trata las materias primas y da un repaso a los monumentos del arte gastronómico asturiano (la fabada y sus variantes, la caldereta, los quesos, las dulcerías y la sidra); la segunda parte está dedicada a explicar las características de los principales restaurantes asturianos, y la tercera, a un recetario de platos típicos.
La cocina asturiana nace de la sabiduría natural del pueblo, y no de la investigación y el saber de los profesionales. Eduardo Méndez lamenta el escaso uso que se hace en esta región de las especias y hierbas aromáticas, y subraya que la cocina asturiana es más de jugos que de salsas. «Nuestra cocina», escribe Juan Cueto, también autor del prólogo, «deriva matrilinealmente de las primitivas artes de subsistencia: casera, espontánea, etnográfica, producto de continuos ratos libres y directos con la naturaleza. Ruralizante y no aristocratizante».
Estas recetas, que Eduardo cuenta en su libro, hablan de unos primitivos modos de vida y hasta de producción en la vieja Asturias, pericia que nada le debe a la cultura asfáltica y cuya memoria se pierde en los prolegómenos históricos de esta marginacionalidad, que siempre ha sido, para suerte o desgracia, el país astur. Es posible que los conversos a la moda Bocuse manifiesten horror gástrico por la elementalidad y brusquedad de los guisos astures. Cuando pase el furor dietético y el papanatismo de los parvenus gastronómicos se hará justicia a este tipo de cocina de las enormes materias primas indiscutibles, desmaquillada, porque nada tiene que ocultar».