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Multitudinario homenaje a García Lorca en Fuente Vaqueros

Rafael Alberti y Gabriel Celaya abandonaron el acto

Más de 10.000 personas asistieron el sábado, en Fuente Vaqueros (Granada), a la inauguración oficial del primer monumento público que se erige en España a Federico García Lorca, cuyos actos, presididos por el titular de la Junta de Andalucía, Rafael Escuredo, sirvieron para celebrar el hermanamiento de Lorca con Pablo Neruda. El principal invitado a la ceremonia, Rafael Alberti, abandonó el pueblo a mitad del programa, sin llegar a intervenir ante el público, dolido por el tratamiento que los organizadores hacían de la memoria de sus compañeros de generación y amigos íntimos, así como por disconformidad con el postergamiento de que él mismo se sintió objeto. Gabriel Celaya se solidarizó igualmente con el poeta gaditano y se marchó de Fuente Vaqueros.

«Este monumento tiene que ser un árbol de libertad, plantado sobre la sangre derramada y el espíritu siempre vivo de un poeta andaluz, a través del que tiene que florecer, cada día más, la misma Andalucía», dijo el sábado, en la localidad granadina de Fuente Vaqueros, el presidente de la Junta de Andalucía, Rafael Escuredo, durante la inauguración oficial del primer monumento público que se erige en España a Federico García Lorca, obra de Cayetano Aníbal.El acto estuvo precedido por la dedicatoria del nombre de una calle del pueblo a Pablo Neruda y formaba parte del programa organizado por el ayuntamiento local para celebrar el «hermanamiento de Lorca con Neruda», con motivo de haberse cumplido el pasado día 5 el 82 aniversario del nacimiento del primero de ellos en Fuente Vaqueros.

Alcaldes de varias capitales andaluzas, presidentes de diputaciones, parlamentarios de izquierda y diversas personalidades políticas figuraron, además de la hermana y la cuñada de Federico, Isabel García Lorca y Laura de los Ríos, en las primeras filas de invitados, a los actos de homenaje. Matilde Urrutia, viuda de Pablo Neruda, envió, a través del grupo chileno Quilapayún, una carta explicando su imposibilidad de acudir a Fuente Vaqueros, debido a un reciente accidente automovilístico del que aún se encuentra convaleciente en Santiago de Chile. Un telegrama de disculpa fue asimismo enviado por Camilo José Cela desde Puerto Rico, donde estos días está siendo investido doctor honoris causa por su universidad.

Una vez concluida la alocución de Rafael Escuredo, las intervenciones literarias y musicales de los poetas y cantantes incluidos en el programa se prolongaron durante cuatro horas, a pesar de que las dos Figuras consideradas como el plato fuerte de la velada, Rafael Alberti y Gabriel Celaya, terminaron retirándose de la plaza del pueblo antes del final, sin intervenir directamente ante el público, por entender que el acto estaba siendo manipulado.

Neruda, contra las cales andaluzas

«Yo sé que Neruda se hubiera sentido profundamente emocionado de ver su nombre contra las cales andaluzas», había dicho, antes de abandonar el acto, el poeta gaditano Rafael Alberti que a lo largo de toda la semana había ofrecido en Granada, invitado por la universidad, el club Larra y el Ayuntamiento de la ciudad, diferentes recitales multitudinarios en homenaje a sus dos compañeros de generación y amigos íntimos, así como una exposición de litografías sobre el Romancero gitano, de Lorca, en el palacio de la Madraza. En Fuente Vaqueros, sin embargo, el que fuera «uña y carne», «hermano» y, compañero de generación de los homenajeados, el hombre históricamente más representativo de lo que allí se estaba celebrando, fue claramente relegado por los organizadores hasta el punto de verse «obligado a abandonar el acto con una profunda tristeza, que casi ha llegado a ponerme enfermo».Los poetas Eduardo Castro, José Infante, Juan de Loxa, Luis López Alvarez, Elena Martín Vivaldi, Félix Grande, Antonio Carvajal, Fina Calderón, Rafael Guillén, José García Ladrón de Guevara y Fernando Quiñones, el dramaturgo José Martín Recuerda, Francisco Fernández Santos, los cantantes Raúl Alcover y Carlos Cano, el cantaor de flamenco Enrique Morente, acompañado a la guitarra por Pepe El Habichuela, y los grupos musicales Nuevo Mester de Juglaría y Quilapayón, prolongaron la fiesta del hermanamiento Lorca-Neruda hasta la medianoche, a veces con tintes panfletarios y otras incluso con cierto aire verbenero, lo que, unido a la espantá de Alberti y Celaya, terminó por restar al acto la seriedad y solemnidad que la ocasión hubiera requerido.

Los componentes del grupo Quilapayún, con cuya intervención se cerró el homenaje, mientras el público daba gritos de «Chile vencerá» y «El pueblo unido jamás será vencido», puños en alto (curiosamente, rodeando al propio gobernador civil), y sendas banderas chilena y andaluza eran ondeadas al pie del monumento a Lorca, leyeron finalmente un mensaje de Matilde Urrutia, en el que, entre otras cosas, la viuda de Neruda afirma que Federico fue siempre para su marido «el gran caído, la voz brutalmente silenciada, la gran ausencia de su España en el corazón».

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