Hoy se reúnen en Viena Andrei Gromiko y Edmund Muskie
La propuesta de Afganistán para ver la tensión internacional surgida en torno a su actual situación ha tenido un eco relativamente variado en Viena, donde ayer y hoy se desarrollan intensos contactos cruzados entre los ministros de Asuntos Exteriores de Estados Unidos, Unión Soviética, Gran Bretaña, Francia y República Federal de Alemania.Los dos momentos más esperados en esta red de contactos se producirán hoy, viernes, cuando el nuevo ministro norteamericano de Asuntos Exteriores, Edmund Muskie, se reúna con su colega soviético, Andrei Gromiko, y cuando éste se entreviste con Hans Dietrich Genscher, de la República Federal de Alemania.
«Trataré de descubrir en el encuentro con Gromiko», dijo Muskie, «si la URSS está dispuesta a cumplir con los requisitos mínimos para la vuelta a la distensión».
Hasta ahora, las posiciones respecto de la oferta de Afganistán se han limitado a unas declaraciones de Edmund Muskie, muy pesimistas, al llegar a Viena, y matizadas después de una hora de conversación con el canciller austriaco Bruno Kreisky, y a otras menos deprimidas de sus colegas británico y alemán. En un principio, Muskie comentó que no esperaba resultado alguno de su conversación con Gromiko; al conocer la proposición afgana, y tras su charla con Kreisky, el ministro norteamericano matizó que consideraba «interesante» la posibilidad de que las tropas soviéticas pudiesen abandonar Afganistán si los países vecinos de éste garantizan la seguridad de este país islámico
En la capital austriaca se considera « inevitablemente vinculado» el poco o mucho éxito de la cumbre protocolaria de Viena con la conferencia islámica de este fin de semana en Islamabad.
O, lo que es lo mismo, en Islamabad se decidirá en función del espíritu que domine los contactos de la capital austriaca.
Estados Unidos, de otra parte, parece dispuesto a que sean tropas islámicas, «de países moderados o radicales», las que garanticen la estabilidad interna y la independencia exterior de Afganistán, algo que seguramente también será estudiado en Islamabad este fin de semana: hasta entonces, la negativa paquistaní a asumir la oferta afgana no debe tenerse por firme.
Un punto clave sobre el que versará la conversación entre Muskie y Gromiko será el de la ratificación de los acuerdos SALT II. Muskie ha comentado en Viena, en tono de disculpa, que si el tratado no ha sido aún ratificado es porque, de haberse sometido a escrutinio, «en las actuales circunstancias» no hubiera conseguido los dos tercios necesarios en el Senado. Por ello, según Muskie, los soviéticos no pueden vincular su presencia en Afganistán con la demora de la ratificación.
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