Declaraciones de los premios Cervantes
«Nuestro deber es pensar menos en la muerte y más en la circunstancia de la obra, que en el caso de Alejo Carpentier es perdurable y gloriosa», ha dicho Jorge Luis Borges, entrevistado por la agencia Efe, junto con Gerardo Diego, Jorge Guillén y Dámaso Alonso, escritores que compartieron con Carpentier las sucesivas ediciones del Premio Cervantes.Gerardo Diego, que acaba de recibir el premio junto a Borges, se mostró conmovido especialmente por el hecho de que el fallecimiento del novelista cubano ocurriera justamente en estas fechas de concesión del premio, y recordó el primer encuentro entre ambos. «No encontramos en París», dijo a Efe «en los años treinta, en la época anterior a la segunda guerra mundial. Entonces paseamos por lo Campos Elíseos, con otros poetas escritores cubanos». Y recordó también Gerardo Diego su último encuentro, en abril de 1978, en la recepción ofrecida por los Reyes los intelectuales y escritores, con ocasión del Premio Cervantes «Entonces», dice Gerardo Diego « no pensé que era la última vez que le veía». Y como su conexión est antes que nada en la música, dijo «Muchas obras suyas tienen un relación directa con la música Carpentier era un verdadero músico que llegó a escribir un trabajo La música en Cuba, en el que trata la obra de todos los compositores de su país».
Por su parte, Jorge Guillén ha dicho: «Me afecta mucho conocer la muerte de Carpentier, un hombre al que admiro sinceramente desde hace muchísimo tiempo. No hara falta subrayar», siguió diciendo, «que ha sido un magnífico, su insigne prosista, con una riqueza de lenguaje que hay que calificar de verdaderamente extraordinaria. Su conocimiento de la lengua española era algo fuera de serie. Siempre le consideré un clásico de la lengua de Cervantes, en el que no se aprecian americanismos como en otros autores».
En cuanto a Dámaso Alonso que obtuvo el Premio Cervantes el año siguiente a Carpentier, y según sus propias palabras, debido, en buena parte, a «la defensa extraordinariamente apasionada y analítica», que el cubano había hecho de su obra, dijo que, a su vez, había hecho lo posible por que academia española hiciera suya la candidatura de Carpentier en su momento.
Las novelas de Alejo Carpentier -ha dicho Dámaso Alonso a la agencia Efe, desde Lima, donde participa en el congreso de Academias de la Lengua Española- «revelan un conocimiento magnífico del idioma, un léxico riquísimo, un estilo brillante y penetrante. Recordó en especial su novela Los pasos perdidos, donde es particularmente interesante -dijo-, «el personaje de un hombre culto refinado que viaja a la selva, a un lugar de la más primitiva cultura describiéndose de modo magistral ese ambiente».
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