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30º FESTIVAL INTERNACIONAL DE BERLIN

Una obra de García Márquez, llevada al cine por Miguel Littin

ENVIADO ESPECIAL, Después de dos largometrajes de estilo heroico, el director chileno Miguel Littin ha realizado una película a la que los críticos califican como intimista. Se trata de La viuda de Montiel cuyo principal papel está interpretado por Geraldine Chaplin, y que fue exhibida ayer en competición dentro del 30." Festival Internacional de Cine de Berlín.

La viuda de Montiel, coproducción de México, Venezuela, Colombia y Cuba, se basa en la historia contada por Gabriel García Márquez Los funerales de la mama grande. Este escritor colombiano había rehusado hasta ahora que sus obras fueran adaptadas al cine, «por temor a que sus personajes no fueran imaginados como yo los veo, sino según las apariencias de los actores».Curiosamente, Miguel Littin (Palmilla, Chile, 1942), profesor universitario, parece que tiene una concepción y un tratamiento del cine muy parecido al que García Márquez tiene de la escritura. En La viuda de Montiel se pronuncian pocas palabras, pero todas las escenas están cargadas de una densa significación. Littin no ha querido explicar abiertamente las circunstancias tan complejas del mundo latinoamericano o, al menos, no lo ha hecho como un mero reflejo o una violencia. Littin se detiene más en el examen de facetas más intimistas de la represión y la violencia.

Intemporalidad

A través de Adelaida (Geraldine Chaplin), viuda de Montiel, que consigue reflejar la intemporalidad característica de la obra de García Márquez, Littin cuenta la historia de una mujer casada con un hombre rico, un terrateniente, un cacique mexicano que se encuentra, de pronto, al morir su marido, con una hacienda y unos bienes que tiene que administrar, pero, sobre todo, con la memoria de un tirano sin escrúpulos, como puede comprobar después de su muerte. Sin embargo, Adelaida no toma partido político ante las consecuencias de la muerte del terrateniente y se refugia en el universo de sus recuerdos, de sus mitos, en definitiva, en su subconsciente.«He querido mostrar con mi película», diría aquí, en Berlín, el director Miguel Littin, «cómo, incluso las personas que no se han preocupado nunca por la política, de repente se encuentran con que tienen que tomar partido por determinadas circunstancias. «La viuda de Montiel no es una mujer política, pero a la muerte de su marido tiene que ocuparse de responder a interrogantes que no conoce. Decide refugiarse en su interior, en el papel de mamá grande, pero ese mundo interior, cargado de conflictos, le hacé la vida insoportable. En la sección informativa se exhibió ayer la película española Dos, de Alvaro del Amo (Los preparativos, Zumo, Paisaje con árbol, Una historia, Presto agitato y El tigre), que está interpretada por Isabel Mestres y Joaquín Hinojosa, sobre guión de la obra teatral Dos y de la película El archipiélago.

«Julia y Luis, encerrados en dos salones», explica Alvaro del Amo, «son al mismo tiempo dos niños, dos amantes, dos cónyuges, dos padres, una pareja que habla de una infinidad de temas y utiliza una gran cantidad de recursos mientras dan vida a diversos papeles.» Dos es prácticamente una obra teatral realizada en un espacio más amplio.

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