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Traslado de los restos de Manuel Llano al panteón de hombres ilustres de Santander

Actos de homenaje al escritor montañés

Con el traslado de sus restos mortales al Panteón de Hijos Ilustres de Santander, culminó ayer, 82 aniversario de su nacimiento, la primera parte de una serie de actos de homenaje al escritor montañés Manuel Llano, muerto de dolor y de miedo en la madrugada del primer día del año de 1938.

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Su viuda, María Lázaro, una representación del pueblo cabuérnigo de Sopeña, donde nació Llano, las primeras autoridades de la región, parlamentarios, representantes de la cultura, el arte y, la prensa locales, algunos de los viejos amigos del escritor (como Jesús Otero) y puelo, en número superior a las trescientas personas, asistieron a la ceremonia que se inició a las once y media con una misa en la capilla del cementerio de Ciriego. Recogidos los restos mortales de Llano del humilde nicho en que estaban depositados, el traslado hasta el Panteón de Ilustres se hizo a pie, encabezando el cortejo la viuda del que, poco antes de morir, fuera reducido a un puesto de corrector de pruebas del diario Alerta, nombre posguerra del periódico El Cantábrico, en el que el gran escritor había publicado antes y durante la guerra civil sus mejores artículos, recopilados y editados recientemente por la Institución Cultural de Cantabria y que ocupan casi 2.000 páginas. Su otra obra, la narrativa y poética, fue editada a principios de la pasada década por la Fundación Marcelino Botín, que posteriormente, mandó retirar la edición siendo prácticamente imposible encontrar hoy la obra de Llano en las librerías de Cantabria.La lectura de un fragmento de El Cristo del Camino por el poeta Isaac Cuende, un discurso de Isidro Cicero, miembro de la comisión ciudadana pro homenaje y las palabras del alcalde de Santander, Juan Hormaechea, cerraron el acto, quedando depositada la urna con los restos de Llano en la parte superior derecha del panteón, al lado de los de un rico comerciante y hombre de las finanzas del siglo pasado, el marqués de Casa Pombo. Manuel Llano es el primer y único escritor del panteón, en el que reposan una docena de personas, entre ellas (también único representante de las artes), el pintor Pancho Cossío.

Los actos de homenaje a Manuel Llano, que se integran en una campaña de recuperación y fortalecimiento de la identidad regional de Cantabria, han incluido conferencias por toda la provincia, escenificaciones teatrales, exposiciones bibliográfica y personal del autor de Brañaflor, edición de una antología de sus textos ilustrada por pintores y dibujantes de la región, concesión de una calle a su nombre en la ciudad de Santander, nombramiento a título póstumo de miembro de honor de la Institución Cultural de Cantabria, de la Diputación, creación de un premio literario Manuel Llano, para literatura regionalista, y, en fin, el gran acto de ayer, en el que sus restos mortales fueron trasladados al Panteón de Ilustres.

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