El Rey expresa su identificacion con las Fuerzas Armadas
El rey don Juan Carlos dedicó el pasado domingo grandes elogios a las Fuerzas Armadas, a quienes exhortó a continuar siendo el justo medio entre los movimientos pendulares, en el discurso que pronunció con motivo de la conmemoración de la Pascua Militar. El solemne acto se celebró en el Palacio Real, con asistencia del Gobierno, presidente del Congrteso y del Senado y la Junta MIlitar de jefes del Estado Mayor, así como representantes de los tres Ejércitos
Don Juan Carlos, a quien acompañaba la reina doña Sofía, se declaró plenamente identificado con los integrantes de los tres Ejércitos: «Comprendo vuestro sentir y admiro vuestra serenidad, vuestra calma, vuestro patriotismo y vuestra disciplina, cuya espontaneidad hace innecesaria su exigencia» para añadir seguidamente: «Pero que nadie utilice vuestra noble actitud como instrumento a emplear en el sentido que a cada uno convenga, que nadie os identifique con sus propios intereses u os excite a protagonismos inoportunos, que nadie interprete vuestro silencio como signo de que no tenéis nada que decir. »«Que nadie confunda la serenidad con la inhibición ni la calma con la apatía. Que nadie, en fin, olvide que la disciplina inspira tanto prudentes abstenciones, como puede impulsar actuaciones decididas, si se determina -por quien legal y constitucionalmente debe hacerlo y no en virtud de interpretaciones subjetivas- que están amenazados los valores esenciales cuya defensa os encomienda nuestro ordenamiento jurídico.»
Tras enumerar los deberes que la Constitución establece para las Fuerzas Armadas, don Juan Carlos afirmó ante los altos mandos militares que para mantener la unidad de España, el respeto a los símbolos y la observancia de la Constitución, «contaréis siempre todos, contará siempre España, con el Rey, que se honra en estar al frente de los Ejércitos».
Esta identificación con las Fuerzas Armadas constituyó la tónica predominante de la alocución del Rey: «En mi corazón, en todo mi ser», dijo, «vibra, junto al amor ala patria, el espíritu militar, y me siento siempre identificado con mis compañeros de milicia, con vuestras preocupaciones, con vuestras penas, con vuestras satisfacciones y con vuestras esperanzas. He sentido el dolor más intenso, con vosotros compartido, cuando compañeros nuestros han caído vilmente asesinados. »
«Comprendo el sufrimiento y la indignación», prosiguió, «de los que, desde el momento en que abrazáis vuestra noble profesión, estáis dispuestos a entregar vuestras vidas a la patria; pero que no podéis explicaros la cobardía, la traición y la inutilidad con que se arrancan esas vidas, desde siempre ofrecidas para realizar las más altas empresas. Estáis siempre dispuestos a darlo todo sin pedir nada.»
Mantener la disciplina
El mantenimiento de la disciplina en las Fuerzas Armadas fue comentado también por don Juan Carlos, señalando que la disciplina es una actitud de relación, que supone la existencia de discípulos y de maestros, de quienes obedezcan y de quienes enseñen a obedecer y sepan mandar. «El Ejército», añadió, «es el pueblo, nace del pueblo y defiende a la patria, que es el pueblo y sus pueblos. Y este magisterio de la disciplina, ejercido por todos los escalones de quienes constituyen las Fuerzas Armadas. es el que os pido que mantengáis siempre.»
«Os encarezco», dijo a continuación, «que permanezcáis firmes en el cumplimiento de vuestros deberes. Firmes como el centinela que tiene muy clara su consigna y que ha de cumplirla por encima de tentaciones y de asechanzas, de halagos y de críticas, de ataques abiertos o de arteras emboscadas. Por encima, incluso, del instinto de conservar la propia vida. »
Tras señalar que no caben en la milicia ni la confusión ni la duda, ni la ira ni el conformismo, manifestó: «La ecuanimidad, la mesura y la templanza de la que en todo momento dáis muestra, es un ejemplo que os agradezco y que me obliga a devolvéroslo con mi entrega absoluta y constante al bien de España, con el mismo equilibrio y con igual altura. »
Sobran las palabras vacías
«No perdamos el tiempo», agregó, «con palabras vacías, con actitudes falsas, con conceptos inactuales o manifestaciones que puedan inducir a interpretaciones dudosas. Nuestro camino, el de las Fuerzas Armadas, es evidente: cumplamos con espíritu de sacrificio, con disciplina y abnegación, unidos en el más estrecho compañerismo, los deberes que, en orden a la consecución de aquella utilidad pública, hemos de compartir con el pueblo español. »
El Rey concluyó su discurso felicitando la Pascua a todos los integrantes de las Fuerzas Armadas y a sus familiares, no sin destacar previamente que la fortaleza material y espiritual de los Ejércitos constituye la más segura garantía de la paz.
Antes de la alocución del Rey habían hecho uso de la palabra el vicepresidente del Gobierno para Asuntos de la Defensa, teniente general Gutiérrez Mellado, y el ministro de Defensa, Agustín Rodríguez Sahagún. El teniente general Gutiérrez Mellado, en una breve intervención, señaló que la presencia en el acto solemne de comisiones representativas de las Fuerzas Armadas constituía «un testimonio vivo y emocionado de su inquebrantable lealtad a la Corona, de su entusiasta adhesión a vuestra persona y de su permanente y total entrega a nuestra patria, España».
El vicepresidente finalizó elogiando la actuación del ministro de Defensa, «que lleva el uniforme en el corazón y ha conseguido en muy pocos meses ganarse la confianza de las unidades y el afecto y cooperación entusiasta de sus cuadros de mando».El señor Rodríguez Sahagún inició su discurso afirmando que a las Fuerzas Armadas les corresponde preservar la paz y defender España, «que es defender nuestra independencia, nuestra soberanía, nuestra integridad territorial y nuestra unidad. Una unidad que no ignora la riqueza, que supone la variedad de nuestros pueblos, pero que sabe también que, con independencia de la organización territorial del Estado, constituimos una sola nación que se ha forjado a través de milenios de historia».
Ministro de Defensa: «Producir paz»
A continuación, el ministro de Defensa manifestó que producir paz y defender España es un objetivo asumido responsablemente por los miembros de las Fuerzas Armadas, que se apoya en do! pilares básicos de su actuación: el de la unión interna, y el de la unión externa con el pueblo, su identificación con sus ideales y mandatos.
Aludió también el señor Rodríguez Sahagún, a que en el pasado año habían sido numerosas las muestras de apoyo y solidaridad con las Fuerzas Armadas, a raíz de los atentados de que han sido objetó. Sobre las víctimas del terrorismo precisó que habían fallecido en aras de la libertad y el orden constitucional. Cerró su intervención con un llamamiento a incrementar la unión entre el pueblo y el Ejército y expresó su confianza en que, bajo el reinado ejemplar de don Juan Carlos y con unas Fuerzas Armadas responsables y conscientes de su gran tarea generadora de paz, España será próspera y fecunda.
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