Estados Unidos amenaza a Irán con decretar un bloqueo naval contra su comercio
Una nueva escalada verbal de la crisis iraní se produjo ayer cuando el Gobierno norteamericano advirtió por segunda vez que la celebración de un «juicio» contra los rehenes será considerada como una «provocación» y desencadenará medidas punitivas de Estados Unidos contra Irán, en forma muy probablemente de un bloqueo naval. Estados Unidos tiene ahora veintiún buques de guerra en las proximidades de Irán, incluidos dos portaaviones. Esta importante fuerza naval podría muy fácilmente cerrar el estrecho de Ormuz, entrada del golfo Pérsico, a todos los barcos procedentes o con destino a Irán, bloqueando así el comercio y el tráfico marítimo como represalia.Para aprovisionar y mantener esta fuerza naval, Estados Unidos busca instalaciones en el área y concretamente en la base naval de Berbera, en Somalia; la isla de Masira, en Omán, y el puerto de Mombasa, en Kenia. Una delegación militar norteamericana realiza una gira por esos países actualmente.
El bloqueo naval de Irán supondría un agravamiento decisivo de la crisis. Como medida previa, por lo menos hasta que no se inicien los «juicios» contra los rehenes, la Administración Carter piensa reforzar las presiones económicas mediante una serie de acciones, algunas de ellas en colaboración con sus aliados europeos, que se irán dando a conocer en los próximos días.
El moderado optimismo, que era detectable en Washington hace sólo unos días, se esfumó completamente el martes, después de que el imán Jomeini declarara su apoyo a la actitud de los ocupantes de la embajada norteamericana en Teherán y se comprobara que la salida del sha de territorio norteamericano no había servido para abrir una vía de solución a la crisis, que dura ya 46 días.
La frustración del Gobierno estadounidense, que no puede encontrar siquiera un «interlocutor válido» con quien negociar, se
hizo aún más profunda cuando los activistas islámicos que ocupan la embajada desautorizaron las declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores, Sadegh Ghotbzadeh, sobre la posible liberación de algunos rehenes antes de Navidad.
El secretario de prensa presidencial, Jody Powell, lanzó una nueva advertencia a las autoridades iraníes en términos casi idénticos a la primera, hecha el pasado 20 de noviembre. Pero si en la primera ocasión se amenazaba con recurrir a «otros remedios» distintos de la negociación pacífica en caso de que alguno de los rehenes sufriera daño, en ésta se advirtió contra la simple «explotación pública» de los prisioneros, mediante un juicio organizado por los activistas, con el apoyo explícito del ayatollah Jomeini.
Acciones militares
Funcionarios gubernamentales indicaron ayer que por primera vez la Casa Blanca está considerando la posibilidad de acciones militares en la crisis iraní. Estas acciones serían, por el momento, de carácter «no violento» y sin que provocaran derramamiento de sangre. El bloqueo naval aparecía como la más lógica, pero los funcionarios señalaron que no era la única,
Mes y medio después de iniciada la crisis, la Administración Carter considera que un «juicio» contra los rehenes y los «crímenes norteamericanos en Irán», a cargo de un tribunal internacional, supondría una humillación y sería, por tanto, causa suficiente para desencadenar represalias.
La posibilidad de que Estados Unidos solicite sanciones económicas contra Irán en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas fue indicada por los funcionarios gubernamentales. Consultas a nivel privado vienen celebrándose desde hace varios días en los pasillos de la sede central de la ONU. Pero el proceso legal sería largo, y Estados Unidos tendrá que superar muchas dificultades.
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