Artistas vascos reclaman para Guernica el famoso cuadro de Picasso
Hace algunos años, el escritor vasco Xabier Gereño fue encarcelado por haber recibido, remitida desde el extranjero, una carta cuyo sello reproducía el Guernica, de Picasso. El dato fue revelado por el pintor Agustín Ibarrola, en el transcurso de la entrevista mantenida el pasado jueves en Bilbao por una comisión de artistas vascos con el presidente del Consejo General, Carlos Garaikoetxea, en torno a la política cultural del futuro Gobierno vasco y a la responsabilización de los poderes de Euskadi en el esfuerzo por recuperar la obra de Picasso.
Ibarrola trataba de ilustrar con ése y otros ejemplos el significado del Guernica, símbolo a la vez de la barbarie de quienes destruyeron la ciudad sagrada de los vascos y de resistencia contra esa barbarie. La argumentación de Ibarrola, como la complementaria de Oteiza o la aportada por los también presentes Néstor Basterrechea, Remigio Mendiburu, Ruiz Balerdi y otros -o por el ausente, pero expresamente solidario, Chillida- debió resultar tan convincente que contagió de entusiasmo al consejero vasco de Cultura, Gotzon Olarte.Jorge Oteiza recordó una entrevista similar, celebrada en 1934, con los dirigentes del PNV y una posterior carta del primer lendakari vasco, José Antonio de Aguirre, sobre la colaboración del poder político con el mundo de la cultura que, sin embargo, no llegaría a concretarse hasta la reunión del pasado jueves. Como principal conclusión de esta reunión se decidió la creación de dos comisiones mixtas Consejo General-artistas vascos. La primera estudiará las vías que permitan una intervención directa en el proceso de recuperación del Guernica, en la perspectiva de su instalación en la villa bombardeada. La segunda, en relación con la autoridad académica, estudiará las vías para la actualización y euskaldunización de la facultad de Bellas Artes de Bilbao.
Sin embargo, más importante que estas conclusiones concretas es quizá, el hecho en sí del compromiso por parte del CGV -y a través de Garaikoetxea y su partido, del futuro Gobierno autónomo- de contar en adelante, y de una manera estable con el mundo del arte, y de la cultura en general, a la hora de fijar los ejes de una política cultural autonómica. Estas dos primeras iniciativas servirán para poner a prueba la sinceridad de la voluntad de cooperación expresada por el presidente y el consejero de Cultura del organismo preautonómico vasco.
Los artistas decidieron abrir un dossier en el que se incluirían todos los documentos que puedan en su día esgrimirse para fundamentar la reivindicación El Guernica a Gernika. Dicho dossier quedó abierto con un largo trabajo de Ibarrola sobre las razones morales, históricas, políticas y de otro tipo en favor de tal reivindicación. Oteiza agregó unas notas sobre el significado estético de la obra de Picasso y su relación con la tradición cultural vasca.
Por lo demás, la reunión del jueves tenía el atractivo complementario de ver juntos y reconciliados a los tres artistas que resumen lo esencial del arte vasco contemporáneo. La expectativa no llegó a realizarse del todo pues, aunque estuvieron juntos Oteiza e Ibarrola, Eduardo Chillida envió, en el último momento, una nota excusando su ausencia «por motivos personales que nada tienen que ver con el objeto de la reunión». El autor de la Sirena varada expresó de todas formas su apoyo a cuantas iniciativas pudieran acordarse en favor de la cultura vasca e hizo constar su voluntad de «seguir cooperando a su desarrollo desde mi estudio, desde mi trabajo, desde mi independencia».
El escultor Jorge Oteiza propuso añadir al texto de su colega Ibarrola cuatro puntos, en los que justifica la reclamación del Guernica, de Picasso, para la histórica ciudad vasca. «Si hemos recuperado en comprensión estética el caballo como nuestro tótem prehistórico, el Guernica resulta única y exactamente comprensible y útil aquí:
Reparto de la herencia
El pasado día 13 de noviembre se celebró en París el reparto de la herencia de Picasso, liquidación que ha sido calificada como la «mayor operación jurídica de todos los tiempos». Asistieron al reparto de la herencia, entre otros, Claude, María Marina, Bernard y Paloma Picasso, sus abogados, notarios y un administrador judicial. No asistió al acto de la firma la viuda de Picasso, Jacqueline.
Babelia
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