Bonn propone una reducción escalonada de tropas en el centro de Europa
El Gobierno de la República Federal de Alemania ha elaborado una propuesta concreta en materia de reducción de tropas en Europa central. Esta proposición, calificada en Bonn como «sensacional», será discutida el próximo día 13 de diciembre, juntamente con el problema de la instalación de nuevos misiles atómicos de alcance medio, en la trascendental sesión del Consejo de Ministros de la Alianza Atlántica.
Hasta ahora ha trascendido que la RFA propone en este análisis que Estados Unidos repliegue 12.500 soldados del centro de Europa, mientras la Unión Soviética debería retirar a su vez 30.000. Dado que Moscú se ha comprometido ya a un repliegue de 20.000, sólo de la República Democrática Alemana, la incógnita residiría en si Norteamérica está, o no, dispuesta a una medida similar y si Moscú accedería a elevar la cifra de desmovilización en 10.000 soldados más.La RFA propone además que, junto con una declaración conjunta soviético-norteamericana, en el sentido de que a este primer paso seguirá una nueva reducción de tropas, los países participantes en la Conferencia de Viena -cuya 218 sesión plenaria concluyó ayer sin progreso reseñalable- tendrían que proceder igualmente a una disminución de sus respectivos ejércitos, por lo que toca a efectivos humanos. Estos países son, además de los dos Estados alemanes, Polonia, Checoslovaquia y el Benelux.
El tercer paso debería comportar, según la propuesta alemana, una declaración conjunta de todos los países miembros de la OTAN y Pacto de Varsovia, por la que se obligasen a poner en marcha también una reducción de tropas en todos los países de ambas alianzas.
El cuarto punto sería un compromiso multilateral por el que entrasen en vigor medidas de control y verificación, con el fin de constatar que se aplica efectivamente la reducción de tropas.
Durante los últimos contactos del canciller Schmidt con sus colegas europeos, parece que el jefe del Gobierno alemán ha recibido un amplio apoyo a esta propuesta escalonada, sobre todo por lo que tiene de iniciativa europea en un problema que hasta ahora se encontraba de hecho exclusivamente en manos de norteamericanos y soviéticos, aunque en Viena estuviesen también presentes algunos aliados de ambas potencias.
Conferencia de Madrid
Desde la divulgación de esta oferta, tramitada por vía diplomática, hasta la próxima reunión del Grupo de Planificación Nuclear de la Alianza Atlántica, a mediados de la semana entrante, quedan suficientes días como para que Moscú deje translucir sus intenciones de desarme en sus verdaderos términos.De no recibirse en Bonn una respuesta suficientemente concreta sobre reducción de tropas, el canciller Schmidt tendría menos inconveniente en aceptar la producción e instalaciones de los nuevos misiles de alcance medio con cabeza nuclear (108 Pershing-2 y 464 Cruise, a distribuir entre Gran Bretaña, Alemania Federal, Bélgica, Holanda e Italia).
De lograrse una aproximación en ambos objetivos -tropas y armas de alcance medio-, la conferencia de Madrid sobre Seguridad y Cooperación en Europa, a celebrar el próximo año, sería una ocasión única para materializar el nuevo espíritu en nuevos pactos. En este sentido, Bonn está dispuesto a tomar parte en una conferencia europea sobre desarme, que habría de celebrarse inmediatamente después de la conferencia de Madrid. Los países socialistas son partidarios de incluir este problema en el orden del día de la conferencia de Madrid.
Desconfianza norteamericana
Aunque aún se desconoce una reacción norteamericana ante la propuesta del canciller Schmidt, parece lógico que Washington desconfíe de la iniciativa alemana. Hace quince días, el Influyente senador demócrata norteamericano Sam Nunn criticó la intención de Schmidt de acceder a la instalación de los misiles nucleares en la RFA, sólo en el caso de que los demás aliados europeos de la OTAN accedan a este deseo norteamericano.A primeros de octubre, la tensión entre Bonn y Washington, en relación con el mismo tema, se hizo más aguda cuando el consejero de la Casa Blanca, Zbigniew Brzezinski, criticó la resistencia del Gobierno federal a incrementar generosamente el presupuesto de Defensa, con vistas a aumentar las compras de nuevas armas norteamericanas.
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