Cuenca revisitada

El libro empieza con una dedicatoria que dice así: «A todos aquellos que comparten el pensamiento de Bécquer: en nombre de los poetas y los artistas; en nombre de los que sueñan y de los que estudian: se prohibe a los positivistas y negociantes que toquen a una sola de las piedras que ciñen este recinto con su mano demoledora y prosaica.» El libro se titula Calles de Cuenca. De él es autor el corresponsal de EL PAÍS en esta provincia, José Luis Muñoz, que cuenta en su haber con otros títulos dedicados a esta tierra conquense.Calles de Cuenca, como anteriormente Tierra de Cuenca, primera obra abordada en solitario por José Luis Muñoz (de la que ya ha agotado la primera edición de 5.000 ejemplares), viene a presentar «una maravilla urbanística», una ciudad que, verdaderamente es única en muchas cosas, y, precisamente, una de ellas, quizá, sea su estructura callejera.

El libro contiene numerosas y expresivas fotografías de calles, rincones, edificios y paisajes conquenses en general, realizadas por José Luis Pinós, que ilustran perfectamente el recorrido histórico y actual de la descripción literaria.

Calles de Cuenca abunda, principalmente, en la Cuenca antigua, la parte alta, la parte vieja, esa asombrosa mezcla de arquitectura y urbanismo creada sobre la roca entre las dos grandes hoces de los ríos Júcar y Huécar. Pero también se recrea en la ciudad nueva, la parte baja, el área de expansión que, tras las viejas murallas, con el correr del tiempo, necesitó la población al crecer.