Apoteósico recibimiento en Moscú a la bailarina Vlasova
Con ramos de flores, y en medio de una multitud de periodistas y de artistas del teatro Bolshoi, fue recibida ayer en el aeropuerto moscovita de Sheremetievo la bailarina Ludmila Vlasova, que rehusó permanecer en Estados Unidos junto con su marido y decidió volver a la Unión Soviética.Sólo con la llegada de Ludmila Vlasova, y una semana después de que Alesander Godunov cursara su petición de asilo en Estados Unidos, los medios de información soviéticos anunciaron ayer que el famoso bailarín estrella del teatro Bolshoi desapareció en Nueva York «en circunstancias no aclarada hasta ahora».
El affaire de la Vlasova obtuvo en la URSS un hasta ahora desconocido tratamiento periodístico. Sobre todo, la televisión y la radio informaron abundantemente en las últimas veinticuatro horas; y la imagen de la madre leyendo las cartas que envió al presidente Carter fue transmitida reiteradamente.
Los periodistas extranjeros pudimos llegar hasta la bailarina, si bien sus palabras tajantes no dejaron lugar a dudas: «Perdón, estoy muy fatigada, no puedo atenderlos». Pocos segundos después, los coches de los funcionarios soviéticos que habían ido a recibirla también la invitaban a acompañarles.
De «burda provocación» fue calificada constantemente la situación provocada por las autoridades estadounidenses de Nueva York durante tres días, y de la que la prensa soviética se aprovechó para crear una imagen de heroína en la artista Ludmila Vlasova, que además sufría en esos momentos la «desaparición» de su marido «en circunstancias aún oscuras». En las informaciones no se han evitado todas las tintas humanamente más trágicas desde señalar la penosa situación de los niños que permanecían como rehenes en el avión, hasta la petición de la madre al presidente norteamericano «para que mi hija no sea torturada» y las manifestaciones «organizadas por los servicios especiales norteamericanos» frente al avión, en Nueva York, de personas antisoviéticas que amenazaban a los pasajeros.
Relaciones EEUU-URSS
Las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética no se verán afectadas seriamente por el incidente creado alrededor de la bailarina Ludmila Vlasova, en opinión de altos funcionarios norteamericanos, que consideran como «una victoria del principio de no repatriación forzosa» el resultado del conflicto, informa nuestro corresponsal en Washington, Juan G. Yuste.
Aunque los soviéticos podrían retener algún avión norteamericano en un aeropuerto de la URSS, no parece probable que Moscú adopte ningún tipo de represalias por el bloqueo impuesto durante tres días a un aparato de Aeroflot.
Lo que sí podría pedir la URSS, se señalaba ayer en Washington, es una entrevista con el marido de la bailarina, Alexander Godunov, quien pidió refugio en Estados Unidos la semana pasada. En tal caso, los norteamericanos accederían a un encuentro con funcionarios soviéticos, bajo las mismas reglas que se efectuó la entrevista con Ludmila Vlasova.
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