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Nicaragua: el fin de una dinastía

El presidente derrocado inicia su exilio en Miami provisto de un visado turístico

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Provisto de un pasaporte que le acredita como «hombre de negocios» y de un visado de turista, válido por cuatro años, el depuesto dictador nicaragüense Anastasio Somoza llegó ayer a Miami (Florida), a bordo de un avión privado, para iniciar un lujoso exilio y disfrutar una fortuna personal que se estima en quinientos millones de dólares.

Somoza, de 53 años, llegó a la base aérea de Homestead, en las afueras de Miami, poco después de las diez de la mañana, hora local. Un número indeterminado de hombres de confianza del ex dictador, entre ellos varios ministros de su Gobierno y altos oficiales de la Guardia Nacional, así como su hijo mayor, Anastasio Somoza Portocarrero, llegaron a Estados Unidos a bordo de cinco aviones privados, al mismo tiempo que el presidente depuesto.Mientras el Gobierno norteamericano reconocía tácitamente al Gobierno de salvación nacional nicaragüense, que estaba a punto de tomar el poder en Managua, Anastasio Somoza, a quien el actual ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno provisional, Miguel D'Escoto, definiera como «el último marine», llegaba a una lujosa mansión en Sunset Island, no muy lejos de Miami Beach.

«Quiero agradecer al Gobierno norteamericano que me haya permitido vivir aquí en el exilio», declaró Somoza en el jardín de su nueva residencia, que estaba rodeada por extremas medidas de seguridad. El dictador depuesto dijo que tiene muchos amigos en el área de Miami y que posiblemente se dedicará a negocios de exportación e importación.

Aunque las propiedades de Somoza en Estados Unidos deben estar camufladas bajo otros nombres, se sabe que el ex dictador nicaragüense es el dueño de Central American Beef and Seafood Trading Co., una de las mayores compañías de importación de carne y pescados de Florida. Se sabe asimismo que los Somoza poseen importantes intereses en Lanica, una compañía aérea, y Mamenic, una empresa de transporte marítimo.

En Washington, el portavoz oficial del Departamento de Estado, Hodding Carter, leía una declaración de su Gobierno en la que se expresaba confianza en que la dimisión de Somoza suponga el fin de la «trágica guerra civil nicaragüense » y facilite la reconstrucción del país «en paz y libertad».

La declaración del Gobierno norteamericano hace una breve historia del proceso de mediación en la crisis nicaragüense y de las anteriores negativas de Anastasio Somoza a ceder el poder, pese a que el dictador sabía que ello aumentaría el derramamiento de sangre, y señala que su dimisión supone el fin del régimen de poder personal más largo del hemisferio occidental.

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Anastasio Somoza Debayle, tercer miembro de la dinastía que detentó el poder en Nicaragua por 46 años, podrá moverse libremente por Estados Unidos y está en libertad de hacer todo tipo de declaraciones, pero no puede comprometerse en actividades contra el Gobierno de Nicaragua, señaló el portavoz del Departamento de Estado. El dictador depuesto tiene protección facilitada por el Gobierno norteamericano, pero sólo durante un «breve período de tiempo».

Hodding Carter vino a decir que Washington aplicará la doctrina Estrada, y reconocerá al Gobierno que tome el poder en el país centroamericano. El portavoz señaló que los norteamericanos desean cooperar y tener buenas relaciones con el nuevo Gobierno nicaragüense, que deberá respetar los derechos humanos y convocar elecciones libres.

Felicitándose por lo que considera una transición pacífica del poder, el portavoz oficial norteamericano dijo que un próximo alto el fuego permitirá el envío masivo de alimentos y medicinas al devastado país, en un esfuerzo internacional. Hodding Carter repitió varias veces que Estados U nidos sólo ha sido una parte más del equipo negociador, que incluyó a los países del Pacto Andino a Costa Rica y la República Dominicana, así como Panamá, y que su función ha sido durante las últimas semanas «ayudar a encontrar un mecanismo para la transición pacífica».

El Departamento de Estado confirmó la presencia de un buque portahelicópteros en las cercanías de la costa de Nicaragua, pero explicó que sólo hay a bordo diecinueve soldados y cuatro aparatos, que tendrían por misión evacuar a la embajada norteamericana en Managua, donde se encuentran ahora unas cuarenta personas, en caso de que fuera necesario, lo que, dijo, no parece por el momento.

Una vez efectuada la transición de poder desde el presidente de la Cámara somocista, Francisco Urcuyo, al Gobierno provisional, que se disponía anoche a volar a Managua, y establecido el alto el fuego, la Guardia Nacional y las fuerzas guerrilleras se integrarán en un nuevo Ejército, según señaló Hodding Carter, que dijo no conocer exactamente los detalles, pero reconoció que Estados Unidos ha estado presente en las negociaciones sobre el futuro de la Guardia Nacional, la mayoría de cuyos altos oficiales ha abandonado el país en las últimas horas.

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