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Plan de control y actuación sistemática sobre las cuevas de Altamira

Declaraciones del director general del Patrimonio Artístico

«Cerrar las cuevas no es una solución, es tan sólo someter a estudio la situación de un enfermo grave y de relevancia irrepetible.» Esta es la opinión expresada a EL PAIS del director general del Patrimonio Artístico, Archivos y Museos, Javier Tusell, sobre la decisión de mantener cerradas al público las cuevas de Altamira, al menos durante tres años, debido a las diversas alteraciones sufridas en la conservación de las pinturas. Se va a programar un plan de control continuo y una actuación sistemática.La dirección general no tiene ninguna actitud preconcebida con respecto a las cuevas, señala el señor Tusell. «Nuestro mejor deseo sería que pudieran ser abiertas y ser accesibles al mayor número de personas, siempre que eso no las pusiera en peligro. Creemos que esta actitud será compartida por todos los cántabros y, por supuesto, por el Ayuntamiento de Santillana. En cuanto se den esas condiciones, las cuevas serán abiertas para un número de personas cuya presencia no ponga en peligro las pinturas. »

La situación actual de las cuevas está contenida en siete informes de la comisión investigadora y del juicio de los expertos de la comisión científica del Patronato de las Cuevas de Altamira.

«Las conclusiones que se deducen de unos y otros son las siguientes: las pinturas han sufrido una segura contaminación de microorganismos, producto de la afluencia de visitantes; padecen una contaminación biológica consecuencia de los restos de acondicionamientos que se realizaron en su interior; el microclima también se ha visto alterado gravemente en cuanto a humedad, temperatura y cantidad de anhídrido carbónico; existen neoformaciones calcáreas que pueden afectar a las pinturas y los acondicionamientos en el interior y en el exterior han variado la circulación del agua en el techo de la sala de las pinturas. De esta situación se derivaría la necesidad de que las cuevas deban permanecer cerradas mientras no se realice un plan de estudio sistemático y continuado durante un tiempo mínimo, porque hasta ahora los estudios han sido parciales e incompletos, pero gracias a ellos se pueden extraer conclusiones, aunque parciales, suficientes para comprobar el deterioro y la incidencia negativa de las visitas en las cuevas.»

El señor Tusell admite que «quizá en otro tiempo la Administración no ha dado suficiente noticia acerca del estado de las cuevas y no ha planificado una actuación sistemática». «Nosotros hemos hecho lo primero y nos comprometemos a llevar a cabo lo segundo. Por eso hemos programado un plan de seguimiento o control continuado; el plazo de tres años no es irrevocable, sino que depende de ese plan de seguimiento. Para él, a nuestra propia iniciativa, proseguiremos los contactos con los departamentos de Física Fundamental y Geología de la Universidad de Santander, utilizaremos un complejo equipo medidor de humedad, temperatura y análisis de gases, que próximamente entrará en funcionamiento, y hemos puesto en marcha un plan de inversiones para hacerse cargo del mantenimiento de las instalaciones, así como la verificación de los análisis. Una prueba de nuestra voluntad de dar a conocer los problemas de Altamira está en la doble exposición que hemos organizado para conmemorar su centenario.»

El arte rupestre prehistórico en general atraviesa parecidos problemas a los de Altamira. «La realidad es que los problemas de Altamira son idénticos a los del resto del arte rupestre prehistórico. Lascaux estuvo cerrado cinco años y actualmente sólo se permite la entrada de cinco personas y no todos los días de la semana. En general, se puede decir que este tipo de arte, que en Altamira alcanza su máxima expresión como cuna de la cultura del mundo occidental, es incompatible con las visitas turísticas masivas. En la conciencia de la similitud de la situación de Altamira con el resto del arte rupestre prehistórico hemos organizado un simposio internacional, que tendrá lugar en octubre, en Madrid y en Santander, acerca del tema.»

«Mantener cerrado Altamira puede ser una decisión impopular, pero si en el momento actual lo abriéramos, tendríamos una protesta internacional inmediata. Mantener cerradas las cuevas ahora con un plan de actuación y de seguimiento es el principio de la solución para que en el menor tiempo posible podamos abrirlas responsablemente y dar satisfacción a los intereses de la región, que son coincidentes con los nuestros propios.»

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