Sadat y Begin, galardonados con el Nobel de la Paz
El Premio Nobel de la Paz para 1978 correspondió conjuntamente al presidente Sadat, de Egipto, y al primer ministro israelí, Menahem Begin, según anunció ayer oficialmente el comité noruego que otorga el citado galardón. Al atribuir el premio al presidente egipcio se ha querido destacar el valor de la visita a Jerusalén de Sadat, el 20 de noviembre de 1977, con la cual se derriba «una muralla psicológica que durante una generación había bloqueado el entendimiento y el contacto humano entre Egipto e Israel».
El anuncio de este premio fue hecho ayer por la tarde en la sede del Instituto Nobel, de Oslo, por parte de la presidenta del comité, en presencia de unos treinta periodistas y en una sala abarrotada de cámaras de televisión.El comité de la Institución Nobel ha expresado públicamente que con estos premios no sólo quiere «honrar las acciones ya tomadas al servicio de la paz», sino también alentar esfuerzos futuros para tratar de conseguir soluciones prácticas que puedan hacer realidad las esperanzas de una paz duradera». Se añadió que los acuerdos de Camp David representan «una victoria para la idea de la paz en esa parte del mundo».
Los dos líderes, que durante once meses se aplicaron en unas difíciles negociaciones para dar fin a treinta años de hostilidad árabe-israelí, habían sido frecuente y destacadamente señalados como candidatos al Nobel de la Paz.
En Israel, el primer ministro Menahem Begin se excusó de comentar esta noticia y declaró que «comenzado el feriado sabático no quisiera profanarlo, ni que otros lo hagan». La noticia del premio llegó a Israel simultáneamente con la del enfrentamiento entre el Gobierno norteamericano y el israelí, sobre todo por la decisión de Begin de continuar la política de asentamientos en Cisjordania.
El Partido Socialista sionista Sheli, fue el primero en felicitar a Begin, «Este premio le demuestra a usted que no estamos solos en el mundo. Le exhortamos ahora a reconocer los derechos del pueblo palestino a la autodeterminación», decía el mensaje enviado por el Sheli a Begin. Otras dos importantes figuras que aspiraban también al premio Nobel de la Paz, el presidente norteamericano, Jimmy Carter, y el primer ministro español, Adolfo Suárez, no lograron verse favorecidos con la confianza de la institución noruega.
Andrei Sajarov, el físico soviético que alcanzó el Nobel de la Paz en 1975 por su oposición al Gobierno de la URSS, declaró ayer que Sadat y Begin han hecho méritos por conseguir el premio. «Se trata de una noticia importante -dijo Sajarov-, porque llega en un momento de grandes tensiones internacionales.»
Aparte de esos optimismos, sin embargo, el premio ha sido recibido con grandes reticencias en la ONU, Y con indignación por parte de los palestinos. El secretario general de la ONU, Kurt Waldheim, se negó a hacer comentarios, y agregó que no es costumbre que el secretario general de la ONU comente estos premios.
Los egipcios, por su parte, están descontentos de que se haya comparado a Sadat con Begin, y sostienen que el paso verdadero hacia la paz fue el dado por el presidente egipcio al visitar, en noviembre de 1977, Jerusalén y hablar ante el Parlamento israelí. Para ellos, el primer ministro Begin no ha hecho más que adaptarse a las circunstancias al principio, y poner dificultades después.
Otro de los premios Nobel altamente controvertidos fue el concedido, en 1973, compartido con el vietnamita Le Duc Tho, al entonces secretario de Estado norteamerícano Henry Kissinger.
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