José Agustín Goytisolo: "El escritor resulta molesto al Poder"
Entre 20.000 y 25.000 personas se calcula que han participado a lo largo del pasado fin de semana en el encuentro organizado en Barcelona por la revista El Viejo Topo.La intensa lluvia caída sobre Barcelona el pasado sábado hizo que los debates organizados para ese día contaran con una participación mucho menor que la registrada el pasado viernes y, por supuesto, con mucho menos público que el que siguió la programación del encuentro hasta altas horas de la madrugada del domingo. Con todo, y en un primer balance los responsables de la revista consideraban positivo -a nivel económico y de participación- el resultado logrado con el encuentro. Según uno de estos responsables, existe la posibilidad de repetir, en un plazo medio, la celebración de un encuentro similar en otras ciudades.
A lo largo del sábado la lluvia desmejoró debates que, como el anunciado sobre Socialismo y países del Este, con K. S. Karol, Mandel, Carlos Franqui y Francisco Pla habían despertado notable expectación. Excesivamente largo y anecdótico resultó el de Antipsiquiatría y locura, con especialistas como Fábregas y González Duro, mientras que el debate sobre Literatura y política resultó mucho más polémico y encontrado que lo que cabía esperar. En efecto, cerca de trescientas personas siguieron por espacio de tres horas la polémica suscitada entre los escritores Aveli Artis Gener, José Agustín Groytisolo y José María Carandell y un sector del público. Cuestiones como la figura del escritor como creador de cultura, en contraposición con la cultura como fenómeno colectivo, la relación partido-escritor y poder-escritor suscitaron serias controversias. «El escritor -diría Goytisolo- resulta molesto al Poder, ya sea de derechas o de izquierdas, y en el caso de ser un militante de un partido, a la larga debe plantearse el dedicar su tiempo a escribir o a hacer política, puesto que de lo contrario no será ni escritor ni político.» Las intervenciones del público fueron, principalmente, críticas hacia la concepción del escritor como élite, calificativo que fue adjudicado repetidamente a los ponentes. Estos replicarían haciendo observar que en la literatura no se han dado casos de creación colectiva, con raras excepciones. Otro de los puntos polémicos del diálogo fue el caso de los escritores catalanes que escriben en castellano. Sobre este particular Goytisolo diría que hubo una generación que no tuvo oportunidad alguna de aprender catalán. «Recibimos -dijo-, además, un castellano pobre, hecho a medida del régimen. No obstante, pudimos recoger el «idioma del imperio» y fastidiar al dictador.»
La jornada del domingo giró en torno a dos debates que prometían, por la personalidad de los ponentes, una cierta espectacularidad. De un lado La crisis del marxismo, al que asistieron el polémico ex dirigente del PCE Jorge Semprún, el diputado del PSOE Alfonso Guerra, el italiano Lucio Coletti y el francés Etienne Balibar, este último discípulo de Louis Althusser.
Todos los ponentes concidieronen señalar la existencia de una profunda crisis del marxismo, aunque mantuvieron oposiciones dispares sobre las causas y la posible salida de esta crisis. Desde Balibar, que habló de los peligros que entraña el hecho de que la burguesía utilice esta crisis, hasta Alfonso Guerra, para quien la crisis «sólo se puede superar anulando la contradicción entre la verborrea revolucionaria y una práctica reformista», el debate no sentó unas bases de acuerdo sobre este fenómeno de crisis, sino que se limitó a reproducir, en boca de sus ponentes, sus opiniones dispares sobre el tema.
En cuanto al debate final sobre la institución carcelaria, puede señalarse que, en buena parte, mantuvo el interés del público por la presencia de Eleuterio Sánchez El Lute entre los ponentes, el cual se encuentra en Barcelona con un permiso especial del Ministerio de Cultura. El Lute polarizó gran parte del debate relatando experiencias personales de su trayectoria por los centros penitenciarios españoles.
Babelia
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