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Comienzo desigual del Festival de Jazz de San Sebastián

Se confirma la participación de varios grupos internacionales

Anteayer comenzó el XIII Festival de Jazz de San Sebastián. Dicho festival, que consigue mantenerse de forma milagrosa, entre tensiones e indiferencias, gracias al trabajo del Centro de Atracción y Turismo de esta ciudad, contempla tres secciones: el concurso de grupos amateurs, proyección de películas de jazz y las actuaciones de profesionales, que este año contarán con la presencia, entre otros, de la Pasadena Roof Orchestra, Lee Konitz, Hank Jones, Clar Terry, Sonny Rollins y McCoy Tyner.

El concurso de amateurs, cuyo carácter competitivo se sigue manteniendo más por motivos publicitarios que de otro tipo, dio comienzo ayer tarde en la plaza de la Trinidad.

Abrió el fuego un grupo inglés, llamado The Jazz Tette, que, además de hacer un jazz francamente malo, cuenta con un batería que posiblemente quede como el peor del festival. Nada hay que decir sobre ellos porque lo que hicieron no resiste la menor crítica.

Poca imaginación

No ocurrió así con los siguientes. El grupo alemán Tagore realizó un buen jazz moderno, aunque sin demasiada imaginación en los arreglos, hecho éste que persistió en toda la primera jornada. Lo mejor fue, sin duda, su pianista, al cual, sin embargo, le sobran unos cuantos años de conservatorio, o al menos no manifestarlos con tanto descaro.Para cerrar la sesión de tarde, apareció el primer grupo de jazz tradicional: los daneses Tante Tillies Fordvarmere que con ese nombre hacían presagiar lo mejor y, de hecho, así fue. Los daneses dieron por la tarde la nota bailona y divertida del jazz con una estupenda conjunción y un tuba vejete y cachóndo que consiguió quedarse con propios y extraños.

La sesión de noche comenzó con el Joe Douglas Trío, ingleses que llevaban el mejor batería y el mejor bajo de toda la primera jornada. De hecho, el mismo Joe Douglas, pianista, quedó algo apagado ante la calidad nada amateur de su sección rítmica, pero, en conjunto, fueron la sorpresa del día.

Un grupo madrileño

A continuación, un grupo madrileño, Casaquemada Jazz, que al insistir en temas propios desconocidos y repetitivos, consiguieron pasar sin pena ni gloria.Y como fin de fiesta, otro grupo de jazz tradicional, posiblemente el de más imagen de todo el día. Con una formación por primera vez original (sin piano, con bajo eléctrico y wash board o tabla de lavar), los Over Town Kids, de Suiza, demostraron que el jazz no tiene por qué ser una música sólo para enterados y llena de misterios indescifrables, sino algo muy inmediato y que dirige tanto al cuerpo como al cerebro.

Con ellos, finalizó esta primera jornada del festival, que no registra en sí mismo las tensiones reinantes en el terreno político, pero que, evidentemente, se encuentra todavía a merced de ellas.

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