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Favorable acogida interna al reto de la Casa Blanca

El discurso del presidente Carter sobre las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética fue bien acogido ayer en términos generales por los medios informativos norteamericanos, que lo califican de «oportuno y útil», pero señalan también la existencia de alguna «simplificación» o «provocación gratuita» en el texto de la alocución presidencial.Para el Washington Post el discurso fue una mezcla de las posturas mantenidas en el seno de la Administración Carter por el secretario de Estado, Cyrus Vance, y por el consejero para Asuntos de Seguridad, Zbigniew Brzezinski. Similar opinión exponía el New York Times al decir que el discurso presidencial fue una advertencia a los soviéticos de que en la Administración norteamericana hay «leones y castores», o lo que viene a ser lo mismo, «halcones y palomas».

La frase central del discurso, en la que se daba a elegir a Moscú entre «cooperación o confrontación», fue escrita personalmente por Jimmy Carter, y ayer se le reprochaba el que no hubiera empleado los términos más correctos y menos provocativos de «cooperación o competencia».

Esta participación directa de Carter en la redacción de la mayor parte del discurso justificaría algunos errores o malinterpretaciones, no frecuentes en el cuidadoso lenguaje diplomático, como la comparación del papel soviético en Corea y Angola o los ataques a la situación de los derechos humanos en la URSS. Por ello, fuentes de la Administración insistían ayer en que el discurso de Annapolis debe considerarse una «declaración de principios» destinada tanto a la propia opinión pública norteamericana como a Moscú, y que debe atenderse más al significado general que a frases o términos concretos empleados por el presidente.

Por otro lado, el análisis de Carter sobre las relaciones soviético-norteamericanas ha producido reacciones mixtas en Europa. En los países socialistas del Este, los ataques del presidente norteamericano hacia el sistema comunista de vida se ha interpretado como una vuelta a la política de los primeros días de la Administración Carter, cuando se atacaba violentamente las violaciones de los derechos humanos en dichos países y en la Unión Soviética.

En los países europeos occidentales, el mensaje se ha considerado dentro del contexto particular interno de la política norteamericana, sobre la que existe un fuerte debate entre Brzezinski y Vance con respecto a la política africana y sobre la distensión.

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