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La Iglesia chilena, interesada por los desaparecidos

Desde ayer, el consejo ejecutivo del Episcopado chileno asumirá la negociación directa con las autoridades de Chile sobre las explicaciones en torno al paradero de los casi 2.000 desaparecidos en el país andino desde que Augusto Pinochet derrocó el régimen de Salvador Allende, en septiembre de 1973. Está información trascendió ayer en Santiago poco después de que el cardenal Raúl Silva Henríquez iniciara las negociaciones sobre el caso de las personas que en el interior del país se encuentran en huelga de hambre desde hace diecisiete días.Por su parte, un portavoz gubernamental señaló que las autoridades chilenas no negociarán directamente con los huelguistas mientras la huelga no remita en aquellos puntos del país donde se sigue, las sedes de la Cruz Roja Internacional, la de la Unicef y en distintas iglesias de Santiago de Chile.

A primera hora de la tarde se supo que en algunos de estos templos -donde una parte de los 150 huelguistas sigue esta medida en protesta por la falta de explicaciones gubernamentales sobre el paradero de sus deudos desaparecidos- se registraron asaltos a pedradas por parte de individuos indentificados. Las agresiones se efectuaron contra las iglesias de San Pedro de los Condes, San Patricio y Santa Marta, en el barrio alto de Santiago de Chile.

Entretanto crecen las adhesiones a la huelga de hambre en el exterior del país. Así, los sindicatos alemanes se solidarizaron ayer en una carta abierta dirigida a los medios de comunicación. En el texto se alude a la «permanente lesión contra los derechos humanos en Chile» y sus firmantes se adhieren solidariamente a la huelga de hambre, al tiempo que piden la liberación de todos los presos y detenidos políticos. Asimismo, un grupo compuesto por veinte parlamentarios germano-federales envió una carta al ministro alemán de Asuntos Exteriores, Hans Dietrich Genscher, en la que le piden que exija al Gobierno chileno que especifique el paradero de los 2.000 desaparecidos.

En Madrid, dentro de la sede de Justicia y Paz -a la que acudió Enrique Tierno en la tarde de ayer- continuaba la huelga de hambre iniciada hoy hace ocho días por un grupo de trece chilenos y tres españoles. Algunos de ellos acusaban ya síntomas de debilidad creciente y arritmias cardíacas.

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