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Mañana, concentraciones de empleados en las ferias del libro

Juan Cruz

La Feria del Libro de Madrid se inauguró ayer oficialmente. El ministro de Cultura, Pío Cabanillas, presidió el acto. Esta vez no fue la lluvia la que ensombreció esta ceremonia. En general, la crisis del sector librero y editorial, que padece los problemas generales de la economía española, hace disminuir el poder adquisitivo y acelera las dificultades de editoriales y libreros. Paralelamente, la ruptura casi total de las negociaciones de un convenio colectivo del comercio del papel pone en evidencia la existencia de otras tensiones en el mismo sector librero. Mañana las ferias del libro de Madrid y de Barcelona van a ser un reflejo de esta conflictiva situación.

Las centrales sindicales que negocian infructuosamente el convenio colectivo del comercio del papel con las asociaciones nacionales de fabricantes de papel han convocado para mañana a mediodía una serie de concentraciones en toda España para protestar contra la actitud adoptada por la patronal frente a sus reivindicaciones salariales y de otro tipo. En Madrid y Barcelona las concentraciones tendrán. lugar en los recintos de las ferias del libro que se mantienen abiertas en ambas capitales.Las negociaciones del convenio se hallan prácticamente rotas. Los empleados del comercio de prensa, papel, distribución y librerías -el sector implicado- piden un aumento lineal de 85.000 pesetas al año, cuarenta horas semanales de trabajo, salario a una sola columna y respeto a los derechos sindicales. La última oferta patronal era de un aumento anual de 46.500 pesetas lineales. La alternativa que habían propuesto los representantes de los empleados era la de llegar a un convenio paralelo al que los trabajadores de irtes gráficas firmaron el pasado 29 de abril. La patronal no considera q ue ambos convenios pudieran tener igual tratamiento.

Ayer circularon rumores de que las centrales sindicales que procuran este convenio iban a pedir el boicot ciudadano de la feria del libro de Madrid. Estos rumores fueron desmentidos por portavoces sindicales, quienes de todos modos no descartan que se produzca una escalada en sus acciones si prosigue el desacuerdo con la patronal «y si ésta persiste en su actitud».

Los problemas sindicales que afectan ahora al comercio del libro se unen a la propia crisis de la empresa editorial y de librería. En último término, todo este cúmulo de preblemas tiene su reflejo en el consumidor.

El presidente del gremio provincial de editores de Madrid, Erich Ruiz, decía ayer, ante una pregunta de EL PAIS, que «supongo que se producirá el aumento de los precios de los libros, desde nada a un 12%», según calcula él. «La del libro no es una producción cuyos costos suban de manera uniforme y disciplinada. El nuevo convenio de Artes Gráficas puede aconsejar unos aumentos que, como digo, pueden hallarse entre aquellos porcentajes.» Hasta ahora, dice el señor Ruiz, «se habían mantenido los precios teniendo en cuenta la crisis económica que se padece».

Se había pensado que el precio de los libros iba a subir en un porcentaje aún más alto, y se indicaba el tope de un 20%, pero sectores implicados en el tema no se ponían de acuerdo ayer en un porcentaje final y más bien se inclinaban a aceptar la fluctuación que aventura Erich Ruiz.

La carestía de los libros se une en Madrid a otras dificultades que le surgen, a la feria. Una de esas dificultades proviene de la coincidencia con las retransmisiones diarias del Mundial de fútbol. Otra -la más importante- es la propia disposición de la feria, cuyo recinto, de acuerdo con el presidente del gremio de editores, «es inadecuado porque no reúne las condiciones que toda manifestación de este tipo requiere. En el Retiro madrileño no hay un lugar donde celebrar conferencias u otros actos relacionados directamente con el libro como vehículo de cultura. Lo único que hacemos en el Retiro es asustar a los pájaros».

Erich Ruiz cree que el cambio de situación podría mejorar la feria. Sin embargo, sectores de librería de importancia media creen que este desplazamiento les dejaría fuera también a ellos de cualquier nuevo recinto ferial, cuyo alquiler podría serles inasequible.

Las posibles diferencias que haya entre editores y libreros se producen sólo ocasionalmente, según el presidente del primero de los gremios. «Las relaciones son relativamente buenas. Son dos facetas del negocio que a veces están enfrentadas. La enorme crisis del libro y la descapitalización acentúa estas diferencias.»

Con relación a los problemas específicos que padece la industria del libro, Erich Ruiz asegura que el Estado no se ha planteado la difusión seria de este vehículo cultural, sobre todo en lo que respecta a ayudas a la pequeña y mediana empresa. Erich Ruiz, editor, asegura también que el Estado no ha tenido en cuenta los problemas de los libreros, «sino que se ha ocupado preferentemente de las cuestiones relativas a las empresas editoriales.

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