Simpatías norteamericanas hacia los huelguistas de hambre chilenos

Dos personas, de las más de 180 que se mantienen en huelga de hambre en varios puntos de Chile, tuvieron que ser internadas ayer en una clínica de Santiago al completarse el undécimo día del movimiento en protesta por la falta de informaciones oficiales sobre los desaparecidos chilenos.

Los dos huelguistas, que se sumaron al movimiento el pasado 25 de mayo, son Irene Marín, que padece de hepatitis, y Antonio Zepeda, afectado por problemas cardíacos.Horas antes se habían incorporado a la huelga de hambre la viuda del poeta Pablo Neruda, Matilde Urrutia, quien, en unión de otras dos mujeres se instaló en la sede de la cancillería de la embajada norteamericana en Santiago para mantenerse en ayuno durante veinticuatro horas.

En medios políticos chilenos se subrayó la actitud de la embajada norteamericana al permitir a las tres mujeres encerrarse en su sede. Esta relativa postura de simpatía hacia el movimiento huelguístico fue confirmada ayer por la visita que hizo a los chilenos que se encuentran en huelga de hambre en Ginebra el senador demócrata Ted Kennedy, quien acudió acompañado del embajador de Estados Unidos ante los organismos internacionales de la ciudad suiza.

Según informa nuestro corresponsal en Ginebra, Alejandro Fush, el senador Kennedy dialogó con los diez huelguistas por espacio de más de quince minutos y durante la entrevista les hizo ver que su presencia fuera entendida «como un acto de comprensión y solidaridad hacia vuestra causa, justa y humanitaria». Kennedy se mostró interesado por las huelgas de hambre que se realizan en diversas capitales de Chile y del mundo.

Por otra parte, el secretario ejecutivo de la Unidad Popular y ex ministro de Asuntos Exteriores, Clodomiro Almeyda, envió ayer desde Berlín un telegrama al secretario general de las naciones Unidas, Kurt Waldheim, en el que se solicita al secretario general de la ONU que se traslade a Chile para obtener el «esclarecimiento definitivo» de la verdad sobre los desaparecidos. También se pide que logre una solución que preserve la vida de las personas que realizan allí huelga de hambre.

En España, el movimiento de solidaridad con los familiares de los desaparecidos chilenos se había extendido ayer a diez lugares, según fuentes de los huelguistas.

Las acciones más importantes se desarrollan en Madrid, Barcelona y Valencia, donde un centenar de familiares del sacerdote español Antonio Llidó, desaparecido en Chile en 1974, se encerraron en la parroquia de San José Obrero.

Entre tanto, continuaban anoche detenidos los siete representantes de organizaciones juveniles de la izquierda española que se encadenaron a mediodía frente a la embajada de Chile en Madrid. Los jóvenes -pertenecientes a las Juventudes Socialistas, a la Unión de Juventudes Comunistas, a las Juventudes Comunistas Revolucionarias, a la Unión de Juventudes Maoístas y a las Juventudes Revolucionarias- fueron desalojados del lugar por la policía y conducidos a la comisaría de Buena Vista.